miércoles, 30 de diciembre de 2009
sayonara ´09
sábado, 26 de diciembre de 2009
hipocresía ¿sola o con un poquito de vino?
La navidad es algo muy bonito. Ese algo bonito se disfruta en famila. Esa familia debería ser gente cercana, que te llegan al corazón, gente en la que confías y con la que sonríes; pero en la mayoría de los casos, son gente que ves cada año en la misma fecha y a la misma hora en el mismo restaurante de la misma calle. Son personas que ni sienten ni padecen si faltas; gente que sonríe y te dice: que guapa, como has crecido, qué delgada estás, cuanto has adelgazado (lo que significa que antes estabas tan gorda como una puta vaca en celo), te ha crecido el pelo. Qué gilipollez, por dios. Sí, hace un año que no nos veíamos, ¿como quieres que no me crezca el pelo, so lerdo?
Y así, una tras otra.
También están las cenas de las buenas, esas que son caseras, en las que te rodeas de esa gente cercana a la que tanto quieres, en las que nadie te dice nada por pelar una gamba con las manos y entocinarte el hocico con la salsa del cordeor, en las que comes turrón hasta hartarte y nadie te tacha de zampona, en las que bebes más de la cuenta y te echan un poquito más en la copa, en las que haces una broma y hasta el que la sufre se parte de risa, en las que se juega a las cartas, al mus, al parchís, al trivial, al risk o al cluedo, en las que haces recuerdos que duran mucho tiempo guardaditos en el corazón.
Esas cosas te besan la cara y te escupen sonrisas. Y es por esa última navidad, por la que merece la pena mirar al cielo y sonreir al ver la nieve cayendo suavemente sobre tu cara.
martes, 22 de diciembre de 2009
otro frío y azul mes de diciembre.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
mirada crítica
miércoles, 2 de diciembre de 2009
vainilla.
lunes, 30 de noviembre de 2009
save you.
Yo mismo tiraré de nosotros.
Solo un paso más y alcanzarás la puerta.
Nunca sabrás cómo me deshace
verte así.
Desearía poder decirte algo
y alejarlo todo.
A veces desearía poder salvarte,
y hay muchas cosas
que quiero que sepas.
No voy a rendirme hasta que esto se termine
Si te lleva para siempre,
quiero que sepas…
Cuando escucho tu voz,
se está ahogando en susurros,
Son solo piel y huesos
no hay nada más para sacar.
No importa lo que haga
no puedo hacerte sentir mejor
Si solo pudiera encontrar la respuesta
que me hiciera entender…
A veces desearía poder salvarte,
y hay muchas cosas
que quiero que sepas.
No voy a rendirme hasta que esto se termine
Si te lleva para siempre,
quiero que sepas…
Si te caes, tropiezas
te levantaré del suelo,
si pierdes la fe en ti mismo,
te daré la fuerza para salir.
Dime que no te vas a rendir,
voy a estar esperando por si caes.
Sabes que voy a estar ahí para ti.
Desearía poder salvarte.
Quiero que sepas que
desearía poder salvarte.
jueves, 19 de noviembre de 2009
daybreak
miércoles, 18 de noviembre de 2009
one more time
¿Alguien tiene un mapa de dónde se esconde la felicidad?
¿Alguien sabe dónde anida la libertad?
¿Alguien tiene idea de por qué no encuentro esto que otros dejan tan a mano, sí, esto que se llama amor?
Si alguien puede contestar, que me llame. El prefijo del Planeta Galleta es el 1822.
Gracias.
Muchas cosas que hacer, poco tiempo material.
Psicosis. Siniestro total.
martes, 17 de noviembre de 2009
fuck, joder, fuck...
No es posible hacer seis cosas a la vez. Lo se, lo he comprobado.
Estoy totalmente perdida. No es que solo lo vea todo blanco o negro, no, también hay gris... casi más oscuro que el propio negro, joder.
¿Autoestima? ¡Sí, mucha!
¿Alguien ha notado la ironía? Genial.
No he estudiado nada de nada. Pero al menos tengo los capitulos 13 y 14.
Joder! ¿Y el tema 7 de Geografía? Nada, antes del recreo a pijo sacao a la fotocopiadora, sin más.
Joder, qué día. Ya está siendo malo antes de acostarme y levantarme. Que mierda.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Breakthrough.
Pero el destino nos tiene preparadas muchas lecciones para que recapacitemos y pensemos en qué es lo que realmente merece la pena que ocupe nuestros pensamientos e inquietudes…
Discutimos a cada rato con tal de llevar la razón en nimias tonterías que no tienen importancia y criticamos a la gente por el simple hecho de hacerlo.
¿Crees que pensando en ese pasado, que pasado es, lograrás cambiarlo?
La respuesta es no, entonces, ¿por qué malgastas tantos pensamientos que podrías emplear en el presente que vives ahora?
Y el futuro, ¿cuántas veces gastas tu tiempo en pensar en él? ¿Crees que si piensas y planeas lo que ocurrirá mañana o dentro de unos meses estás consiguiendo algo? Todo podría cambiar en unos segundos y lo que habrías planeado para ese futuro se irá al traste… ¿Qué harás? ¿Volverás a malgastar tiempo planeando de nuevo?
Lo ideal sería disfrutar el "ahora" de cada instante al máximo, sin pensar en lo pasado ni en lo futuro, simplemente viviendo y haciendo lo posible porque tu "ahora" sea una experiencia positiva que te abra las puertas a un futuro mejor y que puedas recordar ese futuro con alegría cuando ya sea pasado. Así no tendrás que preocuparte por el qué podrías haber hecho o no, sin dudar, ya que sabes que lo has aprovechado en hacer cosas que realmente deseabas hacer, que disfrutaste de cada segundo hasta de las cosas más simples que tenías a tu alrededor y siempre procurando no dañar a nadie.
¿Alguna vez te has fijado en que si cambias tu perspectiva de ver las cosas que te suceden cambia todo a tu alrededor?
Quizás alguna vez viste todo negro, pero, de repente, encontraste un resquicio blanco y te aferraste a él haciendo que lo que antes parecía completamente negro se convirtiese en mezcla de negro y blanco y, aunque fuese una experiencia nefasta como parecía desde un principio, lograste aprender de ella, encontrar el lado positivo, salir de ese pequeño bache y ver brillar la luz…
¿A que no era tan negro como creías, eh?
Quizás estés en el grupo de los que siguieron viéndolo negro, no encontraron ese resquicio de luz y aún te estés lamentando por aquel episodio de tu vida…
Siempre hay un resquicio esperándote a que lo descubras, todo tiene solución, sólo tienes que abrir bien los ojos, observar la situación y encontrar la serenidad suficiente para mejorarla. Y aprender, siempre se trata de aprender, aunque a veces la lección sea tan difícil como lo es la vida misma, que nos está enseñando día tras día y apenas nos hemos dado cuenta de ello.
Obsérvala, vívela y aprende de ella, es tu mejor maestra.
sábado, 14 de noviembre de 2009
I need the exit, I need the Game Over.
Y tampoco que una persona que se compadece de sí misma.
Aunque sea lo que Hikari lleva haciendo durante muchos años en la soledad y el silencio de su alma. Porque cree que debería ser capaz de sentir sin necesidad de empujar el destino, cosa que no quiere/puede hacer.
Pero tranquilos todos. Lo tiene asumido. Será feliz. O al menos, lo intentará.
No es que se sienta inferior. Solamente es realista. A veces, una realista aplastante. Pero soñando con principes azules o Romeos, no va a conseguir nada. Ya es hora de despertar. A su edad y seguir soñando con eso... es una estupidez que solo cometería una estúpida. Como ella.
No sabe si eso la llevará a algo más que a llorar o frustrarse, pero es así cuando me da por sentir.
Y piensa en esto ahora porque ve la felicidad a su alrededor, pero no es capaz de sentirla. Y eso es lo más triste que te puede pasar. Según Hikari, por experiencia propia.
Dime cómo vuelvo a empezar.
viernes, 13 de noviembre de 2009
Volver a empezar.
Dime como hacer para olvidar mi error.
Y cómo aceptar que hoy estás con alguien
y que no quieres seguir...
que te hago sufrir.
¿Dime cómo hacerte olvidar?
¿Dime cómo hacerte borrar?
Todo lo malo que te di.
¿Dime cómo vuelvo a empezar?
Lo peor de todo es que el culpable soy yo.
No hay prueba más dura que asumir una equivocación.
Me dejé llevar y la cara oculta de mi vida salió...
rompiendo tu corazón.
Te juro que no me perdono el no hacerte feliz,
como ahora es otro el que te abriga,
el que te hace sonreir.
Parece que si me levanto volveré a caer.
Que ya no encuentro salida.
Infinitamente siempre. Las cosas cambian. Cambian Mucho.
No podemos perdirle al destino que tenga piedad, ni que cambie.
Somos los seres humanos los que tenemos la capacidad para hacerlo diferente.
Somos nosotros los que tenemos la facultad de corregir nuestros errores.
Somos los hombres los que somos capaces de arriesgar la vida para construir un futuro.
Arriesgar la vida es desafiar al destino.
Eso es, en resumen, VIVIR.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Entes y seres. ¿Ideas o realidades?
- Podría pasarme toda la vida frente a ti y sobrevivir solo contemplándote como estoy haciendo ahora. – murmuró él.
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Debería estar estudiando, vale, sí, lo sé. Pero estos dichosos griegos, como no tenían otra cosa mejor que hacer porque todavía no se había inventado el fútbol, pues pensaban demasiado. Y ahora me están haciendo pensar a mí.
A ver, ¿por qué los humanos tenemos cierta tendencia masoquista a complicar las cosas más de lo que en realidad son? Porque vamos, parece que nos gusta torturarnos pensando más de la cuenta
Será precisamente porque somos humanos...
Y porque somos humanos y estúpidos, la esperanza es lo último que perdemos.
Quizá porque soy humana y estúpida, sigo con la esperanza de (aprobar) salir adelante.
martes, 10 de noviembre de 2009
La vida pirata la vida mejor.
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de "¡barco viene!"
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Believe In.
El cielo está cubierto de nubes negras como el asfalto, sin dejar apenas un huequecito por donde la luz pueda entrar.
Luz y oscuridad. Oscuridad y luz. Opuestos y complementarios. Y ambos necesarios.
El agua golpea las ventanas con fiereza. Parece que alguien está enfadado y gritando contra el mundo. Bueno, no es de extrañar.
Creo que estos cambios de clima no me benefician en lo absoluto. Me duele el cuerpo. Y además, eso me inspira miedo, pues nunca antes me había pasado esto.
Oh, claro, lo olvidaba. Nada volvería a ser lo mismo después de este (más que olvidable) verano.
No quiero unirme a la lluvia. No quiero llorar.
miércoles, 21 de octubre de 2009
En algún lugar.
Empieza a pensar como quieres vivir y ten el valor de tus sueños cumplir. Tal vez sea el momento de problar algo nuevo; algo dulce, como la crema de chocolate, algo como una sonrisa de mano de una confianza ciega.
No debemos confiar ciegamente, quizá. Pero ¿sabes qué? que el que nunca se arriesga se suele perder lo mejor.
Sigue a tu corazón, mereces ser feliz.
jueves, 15 de octubre de 2009
No, solo son recuerdos
Si no dejas de meter cosas inútiles dentro, acabará lleno. Y entonces no habrá sitio para cuando las cosas importantes lleguen. Será demasiado tarde para vaciarlo y entonces, perderás todo aquello realmente importante.
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Una cobarde que finge ser fuerte, una cazadora de sueños imposibles, una ladrona de sonrisas frustrada, una peligrosa estúpida, una estúpida peligrosa, un corazón dormido, un titán muerto, un siniestro total, una condenada fracasada y una inexistencia.
¿Alguien da más?
Estupendo.
martes, 13 de octubre de 2009
El Valor Para Cambiar El Camino Equivocado.
Además, miro el curso de río. Y le recuerdo a él. Al otro él. Si no hubiera cometido la mayor estupidez de mi vida, quizá él estaría sentado a mi lado. Pero no, tuve que ser más y mejor que las demás y lanzarme a jugarme la vida con ese maldito desgraciado que permitió que me encerraran a cambio de su propia libertad. Si solo hubiera escuchado a mi corazón, no habría pasado tantos años perdida en la oscuridad de la soledad. Le amaba tanto que le dejé y entonces, me embarqué en una vida suicida. Y ahora estoy aquí, en el río donde nos veíamos, donde conversábamos, donde le dije por última vez cuanto le amaba. Ilusa de mí, esperar volver a verle. Él tiene su vida, es feliz lejos de mí; no puedo culparle, solo yo tengo la culpa de todo esto. Ahora solo tengo que salir de aquí y volar lejos, muy lejos. Empezar de cero.
De repente siento cómo estos deseos se desmoronan. No, no quiero irme. ¿Por qué? Por la mirada que siento tras mi espalda, clavada en mi pelo. Oigo unos pasos deslizarse a mi lado; mis sentidos se han agudizado, dentro de aquella cárcel siempre había que estar alerta. Tiemblo entera cuando oigo su dulce voz susurrar mi nombre.
No, te has equivocado, quiero decirle. No quiero arruinarle la vida como hice con la mía. Pero al girarme a mirar sus ojos, me quedo colgada, enganchada a él como el drogadicto a la cocaína. Veo una fea herida en sus labios. Me levanto de golpe.
Fui a buscarte, me susurra.
Él lo sabía, sabía que yo salía hoy de aquel encierro. Mi corazón palpitó. Até cabos entonces. Allí estaba él. Supe que se habían peleado y me sentí culpable de sus heridas. Todo había sido por mi culpa, todo.
No he podido dejar de pensar qué te diría cuando volviera a verte y ahora no puedo hacer otra cosa que contemplarte, oigo en mi oído.
Demasiado cerca. Le amo. Pero quiero irme. No puedo hacerle daño. No a él. Cojo mi bolsa y me apartó de él, sin dirigirle la palabra. Pero no me deja llegar más allá de los primeros dos pasos. So voz vuelve a detenerme. Suena como una dulce melodía que he ansiado oír durante años, y con la que he soñado cada noche.
Te quiero.
Y yo sé que es verdad. Me ha esperado todos estos años y ahora se presenta aquí, buscándome y hablandome como si tan solo hiciera unas semanas que no nos vemos. Supongo que igual que yo he conservado intacto mi amor por él, él habrá hecho lo mismo, o por lo menos, eso parece. Me giro a mirarle. Su sonrisa, la de siempre, está ahí. Y su mano esperandome, tendida hacia mí. Me ofrece una nueva oportunidad. ¿Y si todo sale mal? ¿Y si le hago daño? Parece que él ya ha pensado en todo eso y aún así, está aquí, de pie, frente a mi y con su mano tendida, esperándome.
Extiendo mi mano y aferro la suya. Rápidamente, se funde conmigo en un abrazo. Y definitivamente, me deshago en lágrimas, gritandole miles de cosas que él, simplemente, escucha con calma y una sonrisa. Y con su siempre protector brazo a mi alrededor. Como fue siempre.
domingo, 11 de octubre de 2009
Sweet Seventeen, My Teddy Bear
A pesar de hacerlo con cuidado, no es capaz de encender la vela con el número 7. Se le resiste. Hasta que al fin, lo logra, llevándose de recuerdo una pequeña quemadura. La tarta de chocolate que su madre hizo la tarde anterior seguía con una pinta tan dulce y exquisita como si la acabara de hacer. Lentamente, vuelve a la habitación.
Abrocha el último botón de la camisa blanca que le había quitado a él la noche anterior y entonces, la puerta se abre. No sabe qué cara poner al verle entrar, iluminado solamente por dos mechas pequeñas, con una bandeja en la que lleva una tarta redonda y probablemente de chocolate. La sonrisa se dibuja sola en sus labios.
Pone la tarta sobre la cama, entre ellos. Se sienta al lado de ella y la da un beso en el oído. Ronronea. Felices y dulces 17, amor mío. Pide un deseo.
Ella mira la tarta. Está más que claro que la ha hecho la madre de él, una mujer a la que admira y quiere; sobre todo, a sus postres. Cierra los ojos y sopla con fuerza. Siente el aire escapando de sus pulmones como precipitado hacia fuera, como si tuviera ganas de salir. Salir para hacerle un hueco a todo el chaparrón de sentimientos que se arremolinaban dentro de ella; es el primer cumpleaños que pasa con él a su lado.
Hunde el dedo en el chocolate, ante el reproche de la chica, que se ha acostumbrado a la poca luz y le basta para verle. Entonces lo pone sobre los labios de ella y la besa con pasión. Ella cierra los ojos y lo disfruta. Entonces se levanta, recordando que ha dejado el café en la cocina porque no podía con todo.
Ella le ve salir de la habitación y solo puede pintar una sonrisa más amplia. Vuelve la vista a la tarta y descubre una inscripción en ella, hecha también con chocolate. Entorna los ojos para poder leerla. Feliz cumpleaños, niña azul. Tanta felicidad no puede ser buena, eso es lo primero que se la pasa por la mente al leer aquello, ante lo cual ya no puede sonreír más ampliamente y se pone a reír a carcajadas.
Él reparte el café, sabe perfectamente cómo le gusta a la niña. Cuando vuelve a la habitación, deja ambas tazas sobre una mesilla y se acerca a levantar la persiana. El sol les inunda por completo. Entonces le tiende su café a la chica y vuelve a salir. Esta vez, cuando vuelve, lleva algo consigo. Ella quiere llorar al verlo. Abre la funda con cuidado, como lo hace siempre. La coge entre sus brazos y se sienta frente a la chica.
Cierra los ojos cuando suenan los primeros acordes. Deja que la música de la canción que está interpretando de manera excepcional, inunde su ser por completo. Vuelve a abrir los ojos y le mira. Adora contemplarle acariciar su guitarra tan suavemente, creando aquella maravillosa sinfonía de susurros.
Termina con un último y largo acorde. Cuando la mira, solo puede sonreír. Deja su querida guitarra apoyada en la pared y vuelve a la cama, junto a ella, esquivando la tarta que sigue sobre las sábanas. La chica le recibe con un beso. Antes de que pase algo con la tarta, parten dos porciones y se la comen como desayuno. Y como todos los días, hablando de diversos temas que a ambos les interesan.
El día se completa con un paseo por el campo, por una ladera desde la que pueden contemplar el mar. En lo alto de la colina, donde está el faro, se quedan a comer. Él mismo se ocupa de preparar la comida y todo cuanto necesita para hacer de aquella una velada especial bajo la luz del sol, las nubes y olor del mar.
¿Qué es la felicidad? La felicidad es lo que sienten cuando están juntos. _________________________________________________________
0:22 del 11 de Octubre de 2009
Creí que las palabras sobrarían, así que he escrito esto; recuerdo que felicité a Paula usando lo que había escrito del cumpleaños de Azalea. Pero para ti, tenía que darle al coco y pensar en algo digno.
No se que decirte, cariño. Sabes que te quiero y que eres lo más importante, y que lo seguirás siendo así pase el tiempo y la vida nos separe. Realmente eres como un angelito de la guarda; me conociste y me salvaste, no solo de la crueldad de la realidad, sino de mi propia soledad y mi miedo. Estuve en tus 15, estuve en tus 16, estoy en tus 17 y espero estar ahí para siempre; a pesar de que nada es eterno, siempre es siempre.
Disfruta mucho, por favor. Tú sí te lo mereces. Te quiero mucho. (L)
viernes, 9 de octubre de 2009
Sopla la nieve, llama el glaciar.
Por fin agua caliente. Se moja la cara con ambas manos y se mira al espejo para recogerse el pelo. Sale del baño, comentando tranquilamente que sería bueno ir pensando en bajar a cenar, porque tiene hambre. Entonces ve su cuerpo desfallecido y encogido bajo la ventana, tendido en el suelo y sin señal de movimiento. Corre, como si nunca fuera a alcanzarla. Nada más rozar su blanquecina piel siente el calor que ésta despide. No hace falta ser médico para saber lo que le pasa. La nieve. A pesar de ir abrigada hasta los ojos porque era muy friolera, haberse caido de lleno en la nieve unas cuantas veces esa mañana no la había sentado bien. Casi con miedo a que se rompiera entre sus brazos, la levanta del suelo. Aparta las sábanas de la cama y la pone dentro, arropándola hasta taparla incluso la boca. Entonces sale corriendo de la habitación y camina rápido escaleras abajo.
El peso de las mantas la agobia un poco; el calor que despiden la agrada y la molesta a la vez. Es como si su cuerpo fuera un horno al rojo vivo. Se siente incapaz de abrir los ojos, la pesan los párpados y la cabeza parece querer estallar en mil pedazos. Aún así, puede sentir que él no está allí, con ella. Pero no tiene fuerzas ni para intentar levantarse, y mucho menos, para buscarle.
Abre la puerta con sumo cuidado y la cierra del mismo modo. Se sienta al borde de la cama y la destapa un poco. Introduce la mano bajo la nuca de la chica y trata de incorporarla un poco. Ella hace un ruido extraño, un gruñido, una queja. Lentamente, él desliza su mano libre hasta la mejilla ardiendo de ella, y con cuidado, roza sus labios con el dedo pulgar. Después de acariciarlos unos cuantos segundos, trata de introducirlo en su cavidad bucal, consiguiendolo al fin. Entonces pone dentro una pequeña pastilla de color blanco y la obliga a tragársela acompañada de un poco de agua.
Solo es consciente de que algo se desliza por su garganta hacia su estómago. Cuando su cabeza vuelve sobre la almohada, hace otro sonido de molestia. Siente un suave ronroneo en su oído, algo que no es capaz de descifrar en el estado en el que se encuentra. Al posarse sobre su mejilla los labios de su chico, la parecen una bendición; están fríos comparado con su temperatura corporal actual. En este momento, solo quiere dormir.
Piensa en bajar a pedir una manta más para ponérsela también encima. Odia verla en ese estado. Débil, desprotegida, enferma, triste, silenciosa. Entonces, de pronto, las luces del refugio parpadean. Y finalmente, se apagan. Refunfuñando y resoplando, sale de la habitación y baja corriendo. Cunde un poco el pánico. No hay luz ni calefacción. Eso es preocupante; el estado de la chica podría empeorar si eso continuaba hasta por la mañana. Y nadie podía ayudarles, la tormenta les ha incomunicado por completo. Pide definitivamente otro par de mantas y vuelve a la habitación.
Solo oye los latidos de su propio corazón restallar contra sus oídos en su cabeza.
Echa las mantas sobre el cuerpo de la chica, sobre las que ya la cubren. Pasa una hora, quizá dos. La luz y la calefacción se niegan a volver. Toca la frente de la chica y siente que el calor de su cuerpo, en vez de bajar, aumenta. Maldiciendo por lo bajo, se quita el jersey de cuello vuelto de color marrón que lleva puesto. Y luego, la camiseta de manga larga; y también la de manga corta que lleva debajo, hasta quedarse desnudo de cintura para arriba. Entonces le recorre un gran escalofrío que le hace encogerse unos segundos. Aparta todas las mantas del cuerpo de la chica y la mira un momento. Parece un ángel dormido de aquella manera. Sacude la cabeza. Se acerca a ella y la incorpora, sentándola en la cama apoyada contra su pecho. Dándose toda la prisa que puede, la viste con su jersey marrón, en un intento de calentarla más para que le baje la fiebre.
Los movimientos la matan. La cabeza sigue como si tuviera un concierto de rock en ella y su cuerpo sigue sin fuerzas.
Vuelve a tumbarla en la cama. Se sienta en el borde y se quita con rapidez las botas que lleva puestas. Se sube en la cama y se tumba al lado de ella. Echa todas las mantas sobre ellos; siente un peso abrumador, y un calor casi insoportable, pero lo aguanta. Bajo las mantas busca el cuerpo de la chica y la abraza por la cintura. La recuesta sobre su pecho, sintiendo toda la cascada de pelo moreno de la chica rozarle el pecho y darle otro ligero escalofrío.
No sabe por qué, pero el calor ahora es más intenso. Trata de mover su mano hasta ponerla en el pecho del muchacho, quien con su mano libre entrelaza sus dedos con los de ella. Es entonces cuando, después de aquello, no se entera de nada más, hasta que amanece un nuevo día.
Abre los ojos antes que él. Observa su rostro dormido y sonríe. Vuelve a tener fuerzas; su cuerpo reacciona y puede moverlo. Su frente aún está algo caliente, pero siente que ya está bien. Al verle allí, a su lado, desnudo, proporcionándola su propio calor, no puede evitar darle un beso. Él solo se remueve un poco.
No hace tanto calor. Nada le agobia. Y no siente el peso del pequeño cuerpo que ama sobre él. Abre los ojos, rápido al principio; la luz que entra por la ventana le detiene y le obliga a entrecerrar los ojos hasta que se acostumbra a la luminosidad. Se incorpora y la silueta algo deformada de una mujer se dibuja en el suelo de madera de la habitación; la sigue con la mirada y la encuentra de pie frente a la ventana. Aún lleva puesto su jersey. Sonríe al verla de pie y tan radiante. Se levanta con rapidez y la abraza por la espalda, abarcando toda su cintura. Ella se recuesta sobre él. El sol brilla sobre las laderas nevadas.
Ella entrelaza su mano con la de él. Él, la lleva hasta sus labios y le besa la mano a la muchacha, que solo sonríe. No necesita decirle nada. Cierra los ojos y solo piensa. Hasta en mis peores pesadillas vienes a rescatarme, ¿verdad, amor?
viernes, 2 de octubre de 2009
No ser de piedra.
Una chica rubia y alta, con tacones de color rojo, un pantalón blanco y una camiseta ajustada del mismo color que sus zapatos, camina con soltura hacia mí, para pasar a mi lado, rozándome el brazo. Soy capaz de respirar su aroma. Es algo fuerte para mi gusto. Me giro y la miro de nuevo. Esta vez, ya está en brazos de un muchacho más alto que ella, de complexión fuerte y pelo negro. Lleva una camisa azul y unos vaqueros, con unas deportivas elegantes a mi parecer. Unas gafas de sol adornan su pelo azabache. Y sus ojos de un perfecto color marrón oscuro le hacen la clase de chico que cualquiera tacharía de perfectamente bello. Me quedo mirándo cómo se besan ante mis ojos.
Giro la cabeza de nuevo y prosigo mi camino, haciendo malabares para no caer a la cuneta a pesar de que voy caminando por el centro de la calzada. Pero esa cuneta va mucho más allá de lo material o lo territorial. Es mi propia soledad, mi propio miedo. Y no puedo dejarme caer, me digo a mí misma.
La calle sigue abarrotada de gente cuyas caras pasan a mi lado sin reparar en mi existencia. Miles de manos cerradas sobre las de una persona cercana, miles de abrazos, miles de sonrisas y millones de sentimientos. Nunca creí poder ver todo eso en el mismo lugar.
Mi pecho se encoge. Camino más lento, como si quisiera largarme de allí y no pudiera. La soledad me arrastra; es como un vórtice, un agujero oscuro, un incendio que lo arrasa todo a su paso. Y me lleva con él.
Finalmente, viendo mi incapaz de detener ese agujero y ese incendio, me dejo llevar. Mi ánimo se desmorona en pedacitos. Y al verlos repartidos por el suelo me doy cuenta de que no podré volver a unirlos yo sola. Son demasiados. No puedo.
Salgo del tumulto de gente y empiezo a caminar por calles más tranquilas y solitarias. Ahora, la música inunda mis oidos. Las melodías son tristes sonidos lejanos que no significan nada. Me detengo en una pequeña plaza con un par de bancos de madera maciza y unos cuantos arboluchos mal cuidados. Incapaz de seguir.
Todo se desdibuja de repente. Me toco los ojos, buscando la razón de aquello. Y mis manos se empapan en lágrimas.
La debilidad escapa de mis ojos, pero solo por eso no significa que vaya a perderla. Volverá, como siempre. Y como siempre, se quedará.
Sigo caminando. No. No tengo fuerzas, ni ganas. Y de todas formas, tampoco puedo hacerlo, pues mis piernas no se mueven. Yo no tengo voluntad suficiente para hacer que se muevan.
Entonces me dejo caer bajo un arbolucho. Encojo las rodillas y las acerco a mi cara. El pantalón se moja rápidamente, bañado por mis lágrimas. Pero no puedo detener mi llanto. El dolor de la soledad me asalta de nuevo. Todo es demasiado para alguien como yo.
Y solo quiero gritar. Aunque seguramente, nadie lo escucharía.
Nadie puede oír la voz de la soledad.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Llora el cielo. Ruge la mar.
Los pliegues de su vestido se arremolinan en sus tobillos, pero los tirantes del mismo no se mueven en absoluto. Cierra los ojos y respira hondo; el aire entra en sus pulmones de forma violenta. De esta forma no consigue calmar el latir de su corazón.
A pesar de la inestabilidad del tiempo, el viento le sienta realmente bien. No sabe qué hacer. El cuerpo le pesa y siente una ligera presión en el pecho que le indican que lo que siente por la dueña de aquel vestido azul no es ninguna tontería. Sus manos se aferran a la barandilla. Desvia su vista hacia la arena de la playa, tratando de buscar quizá una manera de abrir su corazón mediante las palabras adecuadas. Pero no escucha más que el grito del mar y el susurro de su corazón.
No sabe si mirarle. Siempre la ha gustado contemplarle mientras tocaba, era algo que la hacía sonreir y sentirse la dueña del mundo. Pero ahora que debía mirarle para decirle todo cuanto ansiaba, su vista se queda clavada en la espuma de las olas que rompen, una tras otra, inexorablemente, contra las rocas. Se coloca el pelo detrás de la oreja, rozando las tres piedrecillas de colores que lleva como pendientes; un regalo de su madre. La recuerda un momento, a ella y a su capacidad de ser firme y decidida. Ella también lo es; pero en ese momento, sus capacidades brillan por su ausencia. Porque está con él.
Porque está con ella. Por eso no puede decir cosas a lo loco o sin pensar. Pero por más vueltas que le da, nada se le ocurre. Entonces lentamente, desliza la mano izquierda sobre la baranda y la acerca un poco más a su brazo. Luego, la retira y la pone de nuevo en su sitio.
Cansada de estar de pie, pero sin querer marcharse jamás de allí, se apoya en la baranda con las dos manos, imitándole a él, pero sin dejar de mirar el horizonte. Ver sus ojos haría que cualquier viandante escuchara los latidos de su desenfrenado y salvaje corazón.
Finalmente, su mano toma las riendas de su razón y se vuelve a acercar a ella. Aún sin fijar su vista en las pupilas azules de la niña, la toma con suavidad de la mano, poniendo la suya encima. Cuando siente el cálido abrazo de la mano blanquecina de ella devolverle aquella caricia, le regala una sonrisa al mar.
Un escalofrío la recorre. Esta refrescando. Su mano se cierra sobre la de aquel muchacho sin ni siquiera dudar. Le da un pequeño gracias al mar y siente sus mejillas calientes. Seguro que ese color rojo que las adorna no es para nada algo que la siente bien. Pero el roce de esa mano, fuerte, decidida, protectora y cálida, simplemente hace que todo lo demás tenga sentido y valga la pena.
Solo un roce. Después una mirada. Una sonrisa. Un beso.
El mar ruge bajo sus ojos; el cielo empieza a llorar la pérdida de una estrella que se enamoró de un hombre, el cual la secuestró para amarla hasta el fin de los tiempos y jamás dejarla regresar al firmamento donde, triste y solitaria, brillaba tenuemente cada anochecer.
viernes, 25 de septiembre de 2009
¿Quién cerrará los ojos?
los recuerdos no se pueden dividir,
quien de los dos es debil, y quien fuerte,
a quien le toca, ser el que diga fin.
Se que lo mejor, en la hora del adios,
es correr y no mirar atras,
en caliente,
aunque duela, no hay vuelta.
Esto se terminó, se esconde el sol
y siempre vuelve,
aqui lo nuestro se terminó
las nubes pasan cuando quieren,
lo nuestro fue bien mientras duró
se que la luna mengua y despues crece,
lo nuestro ya se nos terminó,
que mas da , saber como fue y porqué
si hoy todo se terminó, todo se terminó.
No se como decirte, que da igual
ir contigo que sin ti
vas en mis huesos, y en mi sangre,
te respiro, aunque no estes aqui.
Tengo que aprender,
que aunque el mundo este al reves
habra que empezar otra vez
desde cero
aunque duela
con mas fuerza.
Esto se terminó,
se esconde el sol
y siempre vuelve,
aqui lo nuestro se terminó
las nubes pasan cuando quieren
lo nuestro fue bien mientras duró
se que la luna mengua y despues crece
lo nuestro ya se nos terminó
que mas da saber como fue y porqué
si hoy todo se terminó, todo se terminó.
Porque el comienzo, solo es el principio del final.
Haz lo que debas hacer. Solo tu puedes conseguir lo que quieres, cielo. Y yo te apoyo. Siempre.
Te quiero cariño. (L)
domingo, 20 de septiembre de 2009
Corriente
Estos días hace frío. No me desagrada del todo, la verdad.
Me pregunto si habrá llovido en un pequeño pueblo al que han hechizado con palabras este fin de semana...
jueves, 10 de septiembre de 2009
Punto y aparte.
Y todo salió bien.
Te quiero, peluche.
.
miércoles, 12 de agosto de 2009
No vayas.
- Se cuidarme sola.
- No, no sabes. Y menos frente a él.
- No me va a hacer nada,tengo lo que hay que tener para pararle.
- Eso no es cierto. Yo no lo tuve y era mayor que tu, asi que no me pidas que confie en ese lado tuyo. No sabes protegerte sola, así que no vayas.
- Pero no puedo depender de lo que pase con él toda la vida.
- Llegará un momento en el que le ignorarás por completo, pero aún no. No se lo que sería capaz de hacerte. Por favor, no vayas.
- Necesto que confies en mi.
- Y confio. Pero no voy a exponer a lo que más quiero por un caprichito. Eres una niña.
- Pero se cuidarme y potegerme sola. Tego que arreglar esto.
- No me importa cargar contigo, ayudarte...
- Tengo que enfrentarme a mis miedos.
- Yo cargaré con ellos, pero solo si estás conmigo. ¿Cómo voy a dormir sabiendo que te puede estar tocando o algo peor? No me hagas pasar por esto en el estado en el que me encuentro ahora. Esta conversación me daña más que cualquier cólico, ¿sabes?
- Me gustaría que me apoyaras y que me ayudaras, como cuando tropecé por primera vez.
- Pero esta vez es diferente porque eres tú quien va a buscar la segunda piedra para tropezar. No vayas. No vayas.
- No tiene por qué hacerme nada, las cosas cambian.
- Cambian porque alguien las cambian y yo no lo he hecho.
- Yo las cambiaré.
- Qué heróico. Pero es una puta locura y basta ya de discutir. No vayas y punto. ¡No vayas!
- Voy a ir.
Y la puerta se cerró con un suave portazo.
¿Y a mi? ¿Quien piensa en mi? ¿Quien me ayuda a mi? ¿Quien me salva a mi? ¿Quien me protege a mi? ¡Estoy harta de pensar en los demas y no recibir más que decepciones! ¡Cansada de tratar de proteger a los demás de todo y no lograr más que herirme a mi misma! ¡Hasta las narices de no saber si confío en mi misma, de no saber si soy solo una egoista que piensa en sí misma y en nadie más, de no encontrar el por qué de que lo haga todo mal!
¡¡Y solo quiero gritar!!
jueves, 6 de agosto de 2009
Romeo... Julieta... ¿Todo tragedia?
When I am down and, oh my soul, so weary;
When troubles come and my heart burdened be;
Then, I am still and wait here in the silence,
Until you come and sit awhile with me.
You raise me up, so I can stand on mountains;
You raise me up, to walk on stormy seas;
I am strong, when I am on your shoulders;
You raise me up… To more than I can be.
There is no life, no life without its hunger;
Each restless heart beats so imperfectly;
But then you come, and I am filled with wonder;
Sometimes I think, I glimpse eternity.
You raise me up, so I can stand on mountains;
You raise me up, to walk on stormy seas;
I am strong, when I am on your shoulders;
You raise me up… To more than I can be.
miércoles, 29 de julio de 2009
Respirar hondo un segundo
Te quiero muchisimo, peluche, ahora mismo, tú eres lo único que tengo. Gracias, muchas gracias por todo.
Desde luego, este no es el verano de mis sueños, ¿eh?
martes, 28 de julio de 2009
I´m afraid... afraid to fall
Tengo miedo, mucho miedo.
Y ahora... el puente colgante sobre el que camino empieza a ceder... se debilita, lo siento, lo se... no puedo caminar... caeré... ¿debo tener miedo a caer? ¿o no? ¿podré levantarme después? ¿y si no puedo? ¿qué haré? Debo seguir hasta el final, ¿no es así?
Entonces... ¿por qué me siento en este instante como si no pudiera con ello?
Te necesito... seas quien seas... te necesito...
Odio y venganza por encima de amor...
Hay cosas que no se pueden perdonar. El miedo, la rabia, la incertidumbre de qué pasará, la congoja... unidos, pueden hacer sentir a la persona más noble del mundo, el sentimiento más horrible. El odio. Y después, escondido detrás del odio, espera, paciente y silenciosa como una víbora, la venganza. El odio es un sentimiento que, una vez dado rienda, apenas unas pocas personas pueden controlar. Y yo no estoy dentro de esas pocas personas. Este sentimiento podría hacer que el ser más pacífico de la tierra cometiera cualquier locura. Yo soy así. Seria capaz de hacer cualquier cosa por proteger lo que más quiero en el mundo por encima de mi vida y de la de cualquiera. Y el cielo sabe que lo haré. Porque el odio que está naciendo en mí, ni quiero ni puedo controlarlo. Saldré de esta, de eso puedo estar segura, y además, saldré victoriosa, porque ningún cabrón va a amargar mi vida ni la de mis seres queridos. Solo me hace falta una cosa y, sin ánimo de ser pretenciosa y creída, siento, dentro de mí, que poseo esa cosa. La fe; la fe de las personas que confían en mí, que creen en mí. Y eso para mí, es algo más fuerte que cualquier arma. Es lo que me mantiene en pie, luchando contra lo que me hace daño y defendiendo mi territorio, marcando la diferencia con todo el planeta.
Así que, gracias por confiar y creer en mí. Se que puedo hacerlo. Puedo ser fuerte y enfrentarme a esto.
¿No?
domingo, 26 de julio de 2009
Crónicas de media vida (II)
No, no son celos. Es miedo. Porque no hay dos sin tres. Pero el tres igual no me toca precisamente a mi.
Necesito a alguien que me diga cómo arreglar el peor error de mi vida, que ha sido callarme y seguirle el juego a un imbécil, y que además me ayude a superar las consecuencias que eso pueda traer, que pueden ser desastrosas (aunque no he pensado en ellas)
Sinceramente, sería capaz de hacer cualquier cosa por arreglar este entuerto. Cualquier cosa para protegerla, porque soy la mayor y se lo debo.
Y ahora, ¿qué?
Crónicas de media vida (I)
Contaba con el as de que podia aplacar la sensación de soledad que me invadía con tan solo cerrar los ojos y soñar, pero cuando los volvía a abrir el tortazo de despertar era algo estresante.
Recordadme que no vuelva a soñar estupideces.
lunes, 29 de junio de 2009
Un juguete roto, una muñeca olvidada
Entonces el tiovivo queda muerto; no es más que un juguete roto que no pinta nada en ningún lugar, esperando inútilmente quizá, a que los niños vuelvan algún día.
El polvo se acumula sobre él, la tristeza que lo invade le consume, y piensa que para qué construirían un tiovivo si nadie se iba a acordar nunca de él.
Lo único bueno que tienen los tiovivos, es que no pueden llorar. Sino, todos y cada uno de ellos, sangrarían lágrimas.
sábado, 20 de junio de 2009
El lugar de donde soy.
jueves, 18 de junio de 2009
Negro//Amarillo//Negro
miércoles, 17 de junio de 2009
Pintando el cielo del color de nuestra historia
lunes, 15 de junio de 2009
Sin mirar hacia atrás, sin pedir nada más...
Fin. The End. Sayonara. Bon Voyage.
¡Ja!
domingo, 14 de junio de 2009
¿Problemas? ¿Más aún?
Joder, ¿es que las cosas no pueden pasar de una en una?
No se hasta dónde va a llegar esta idiotez, pero este verano señores me vereis en Madrid. Sí. Moriré y no solo de calor.
Por dios, quiero madurar (más aun) de una vez y ser capaz de mantener la cabeza fría. Quiza cierta persona tenía razón y es mejor odiar; es más fácil que amar y no duele. Menudo chollo.
Mañana. Mañana y todo habrá acabado. Y a ver, ahora ¿que coño tengo que pensar y sentir? Qué bien que acabó o que lástima, me lo estaba pasando bien. Ni qué pensar se ya.
¡Que alguien diga algo!
viernes, 12 de junio de 2009
domingo, 7 de junio de 2009
Pensar, filosofar, pensar y estallar.
Analicemos. ¿Por qué es bella? ¿Porque es parte de la naturaleza, como dirían los griegos? ¿O porque la ha creado Dios? ¿O quizá porque la utiliza el individuo, centro de la cultura erupoea en el Renacimiento? ¿O tal vez porque es algo sublime?
Todo ello requiere pensar. Pensar, pensar, pensar y darle más vueltas al coco. ¿Para qué?
Unos dirían que para saber más. Yo digo que para aprobar. Para aprobar, sí. Porque cuando estás sentado frente a una ventana, viendo el cielo estremecerse con un rayo, a la tierra temblar bajo un trueno y luego, sientes como se queda todo en silencio bajo la lluvía, sientes que el pasado, el presente y el futuro, no tienen cabida en tu mente. Solamente esos libros apilados a tu derecha encima de la mesa tienen el pasaporte de tu cabeza y tu mente.
Conclusión: saber es importante. Pero en su justa medida.
Como rezaban las escrituras del templo de Apolo en Delfos: Nada en demasía.
viernes, 5 de junio de 2009
Be or not to be. That is the question.
miércoles, 3 de junio de 2009
¿Sin miedo a nada?
Eres un maldito egocentrista cruel, ¿sabes? A pesar de que sabes de sobra que me dañas, vuelves siempre, siempre. Eres consciente de que te estoy esperando y abusas de eso en tu favor, permitiéndote hacer cualquier cosa. Sí, yo siempre te espero... pero no quiero que vuelvas. No puedo odiarte y lo sabes, te aprovechas de mis debilidades para aumentar tus vicios, a costa del daño que eso me pueda provocar.
Se acabó, no quiero que me uses más. No puedo decirte esto, se me partiría el corazón. Pero por favor, ya basta. Por favor.
Dicen que realmente estudiar tiene recompensa... pues espero que sea cuantiosa, porque joder...
domingo, 31 de mayo de 2009
[...]
Necesito ser libre, a pesar de saber que mi libertad me condiciona y me condena, me ata y me hace esclava a una circunstancias y unos hechos. Pero la necesito. Es como ese amor del que tienes que separarte pero no puedes porque te atrae como un imán, porque es algo que necesitas como el aire para respirar.
Quiero salir volando de aquí. Volando, que no huyendo, porque se que así, mis problemas solo me perseguirían allá donde aterrizara.
sábado, 23 de mayo de 2009
Creer o no creer
viernes, 22 de mayo de 2009
Déjame ir, pero no quiero perderte
jueves, 21 de mayo de 2009
Y los sueños, sueños son
Who knows the destiny?
miércoles, 20 de mayo de 2009
Please, Don´t Play With Fire
- ¡Maldición! ¡Todos los hombres sois iguales!
Y una vez desahogada, la chica echó a correr, intentando huir de sus propios sentimientos; intentando abandonar su propio corazón al lado de aquel hombre. Lo que ella no esperaba era que la siguiera. Trató de correr tan rápido como sus fuerzas la permitían, pero al final la alcanzó ya que, lógicamente, era más rápido. Intentó sujetarla junto a él, pero ella se rebeló, enfadada consigo misma porque aquel contacto con él la estaba gustando. Al final del forcejeo, ambos cayeron al suelo. Él se mantuvo dominante, acabando recostado sobre ella, sujetándola con fuerza por las muñecas. Sus miradas se encontraron. Ella demostró ira; él con cariño, incluso divertido. Se agachó lentamente entonces sobre ella. La chica creyó que la besaría, estaban tan cerca. Pero el muchacho bajó la cara hasta el oído de ella, donde le sintió respirar con suavidad. La chica se estremece, le huele... es tan dulce. Entonces él habla, en un susurro estremecedor.
- Y dime, pequeña, si todos somos iguales - susurra en un tono que la eriza los pelos de la nuca - ¿como es que me amas tanto?
Ella cerró los ojos. La costaba respirar. Sintió como se incorporaba de nuevo y la miraba a los ojos. Entonces le contestó.
- ¿Y como sabes que te amo? - apenas fue un susurro
- Me basta con mirarte a los ojos para darme cuenta - la susurró - con sentir como te estremeces ante mis caricias - siguió, soltando lentamente el amarre y deslizando la yema de sus dedos por los antebrazos de la chica, poniendo cuidado en no dejar caer todo el peso de su cuerpo sobre ella.
La chica sintó realmente el escalofrío que él había previsto que sentiría con su roce.
- Me encanta ver la expresión de tu cara cuando hago esto - la dijo, mientras la besaba en la frente y en la mejilla - eres tan dulce... tan cálida...
- No juegues conmigo - le pidió ella
- Don´t play with Fire - susurra, riéndose con suavidad, mientras enreda los dedos en su pelo
Ella le miró a los ojos. Estaba tan guapo y radiante bajo la luz de la luna.
- Tú eres la que debería tener cuidado de quién se enamora, pequeña - la sonrió
- Es demasiado tarde para eso - admitió - y haré lo que me de la gana - le contestó, pero sin la agresividad que tenía antes
Él siguió sonriendo de lado mientras ella le miraba, ensimismada. El chico continuó con sus caricias por el antebrazo, sintiendo la piel de la chica erizarse a su paso. Decidido, se agachó de nuevo lentamente sobre ella. Y esta vez, rozó sus labios en un movimiento suave y corto. El simple roce la hizo suspirar y a él le encantó, por lo que esta vez, sí que hizo que el contacto fuera más profundo, besándola al fin tal y como ella siempre había soñado. Sentía su pecho subir y bajar desenfrenadamente, cosa del corazón que la latía más fuerte que nunca. Quiso que aquel roce no terminara, pero cada vez lo que hacía, uno nuevo se iniciaba. La chica rezó por quedarse así, el resto de la eternidad, ya que nunca había sentido la felicidad que la recorría las venas en ese instante. Reconocía que, cuando él se decidió a besarla en su vulnerable cuello, tembló violentamente. Pero él continuó suavemente, acercándose cada vez más a su oído de nuevo, para tranquilizarla.
- Te quiero - confesó al fin
- Yo te amo - le respondió ella, cerrando los ojos
Cuando el chico la miró, vio lágrimas en los ojos de ella y apenado la limpió con suavidad.
- ¿Por qué lloras?
- Lloro de felicidad. Dicen que cuando la felicidad del corazón se desborda, un poco se derrama por los ojos - sonrió
- Sabes que debería de llevarte de vuelta a tu casa, ¿cierto? - susurró él
- No, por favor - pidió ella - vuelve a besarme
Él la complació, volviendo a atrapar sus labios en un dulce beso.
- ¿Quieres quedarte conmigo? - la preguntó
- Sí - contestó, casi de inmediato
El chico se apartó de encima de ella y rodó hacia un lado. Ella se incorporó y le miró.
- Ven - susurró, sugerente - Ven conmigo.
Ella miró el lugar que él la señalaba y no lo dudó dos veces. Apenas se recostó a su lado y él la abrazó, como si quisiera protegerla de todo cuando podía dañarla, se quedó profundamente dormida, sintiendo los latidos del corazón de él en su oído. Él sonrió cuando se dio cuenta de que la chica se había amarrado a su camiseta, como si no quisiera perderlo. Y comprendió al fin, cuanto amaba a aquella pequeña criatura que tenía entre sus brazos.
lunes, 16 de marzo de 2009
lunes, 9 de marzo de 2009
I´ve got to move on and be who I am
¿Y ahora qué? ¿Seguimos jugando?
Lo siento, pero creo que no; deseo no es amor.
Me complicarás la vida y... no, gracias. Mejor me quedo tal y como estoy, que soy feliz y no tengo miedo.
I´m leaving today, causa I´ve gotta do what´s best for me.
Gomenasai...
viernes, 6 de marzo de 2009
Quiero
y gritar al cielo mis ganas de libertad.
Quiero arder y morir de deseo,
ser el aire que inunda tu pecho,
quiero huir y cruzar mil desiertos,
volver y aprender a vivir.
Quiero darte la vida en un beso,
respìrar y probar tu veneno,
quiero aullar a la luna en secreto,
sufrir y aprender a sentir.
Dulce o amarga, la vida es a cara o cruz,
me enfrento a la realidad
o dime que eliges tú.
Quiero echar a el resto
y escuchar al viento
o jugarme todo al azar.
jueves, 5 de marzo de 2009
Closer
Debes de cuidar mucho
Tsume ni ki wo tsukiteinai to
Todas esas cosas cercanas a ti
Amari ni jika sukite
Sabes que cuando te acercas a algo
Miushinaitte shimaisou
Más difícil es poder verlo
Anata ga saikin jaiteshita
¿Puedes intentar explicarme esta felicidad...
Shijawase waitai nan desu ka
... que acabas de experimentar?
Megumare suki tte itte
O quizá fuiste bendecido
Omoide senaikamo
De una forma que no puedes recordar.
Ima koko ni iru koto
Y ahora te quedas ahí
Iki wo shiteiru koto
Mientras sigues viviendo y respirando
Tada sore dake no koto ga
Esos son pequeños milagros,
Kiseki da to kizuku
Debes de darte cuenta.
Mijika ni arumo no
Debes de cuidar mucho
Tsume ni ki wo tsukiteinai to
Todas esas cosas cercanas a ti
Amari ni jika sukite
Sabes que cuando te acercas a algo
Miushinaitte shimaisou
Más difícil es poder verlo
You know the closer you get to something
Sabes que cuando te acercas a algo
The tougher it is to see it
Más difícil es poder verlo
And I'll never take it for granted
Y nunca lo daré por hecho
Haitsutsu kete kite yume akira mezuru susumeyo nante
Esta bien soñar con nunca darte por vencido y perseguir tus objetivos
Kire koto woieru hodo
Todo el tiempo que pases hablando
Nani mote ijai minai kedo
Te alejarás más de conseguirlo
Itomu yuunu no yuunu wo mune ni
Meteré ese valor en mi interior
Ashitamonu juunu janari
Y eso me ayudará a sobrevivir
And I'll never take it for granted
Y nunca lo daré por hecho
Let's go!