miércoles, 30 de diciembre de 2009

sayonara ´09

No es 31 aún, pero paso de las convencionalidades (aunque escribir una reflexión lo sea) y además, mañana no tendré tiempo de engancharme a recordar media vida.

Y despido el año en japonés, como a mí me gusta.

Es difícil y largo contar y contar sin parar una parrafada inmensa sobre este año 2009, curiosamente un año cuyo número final es uno de mis favoritos.

Solo diré que las emociones y todo lo vivido se podría meter en un saquito pequeño de esos rojos aterciopelados que Papá Noel lleva a la espalda; pero no, más pequeño aún, un saquito que te quepa en la palma de tu mano.

Seguramente todo el mundo dividiera sus cosas buenas en un saquito y las malas en otro. Pero, por mal que suene, no hay mal en este mundo que por bien no venga. Y he descubierto que es cierto. No puedes hablar de algo malo que te haya pasado sin que algo bueno le siguiera.

Para empezar, el curso que terminó fue bastante extraño. Aunque tengo cierto conflicto con China que todavía me duele y me ha dejado secuelas y traumas, y mi querido peluche nos dio algún que otro susto, ese fue el mejor año de mi vida, sin duda alguna.

Este nuevo curso que hemos empezado parece venir cargado de cosas. No se si buenas o malas, ya veremos qué decimos en el resumen del año que viene, que lo habrá. De momento, ha empezado bien. Tengo a mis amigos a los que adoro, tengo ánimo para seguir y tengo fotos, miles de fotos y momentos.



También me gustaría olvidar el dolor, el sufrimiento y las lágrimas de este agosto de dos mil nueve, en el que creí vivir la peor experiencia de mi vida. Pero esa vivencia va directa al saquito y la conservaré por siempre. ¿Por qué, si duele, para qué recordarla? Pues porque gracias a eso sigo sonriendo hoy. Y porque en ese tiempo también viví momentos espectaculares. Nunca estuve sola. Los amigos que nunca creí encontrar, aparecieron de la nada, aunque realmente siempre hubieran estado ahí. Cuando lo recuerdo, lloro. Pero de alegría.

Mi vida está completa, de alguna forma. Siento que puedo con todo, que tengo que seguir adelante siempre y que no puedo rendirme, porque, si yo me rindo, ¿quién luchará por mis sueños? Nadie, eso es algo que solo yo puedo hacer. Y estoy dispuesta a hacerlo, sin dudar.


He pensado muchas veces que quizá es en esos momentos de debilidad y miedo cuando te dedicas a pensar en tu vida, en lo que has hecho y en lo que te queda por hacer. Y cuando acaba, terminas por pensar que solo ha sido algo más, como un beso o una caricia, aunque no tan agradable, pero solamente, algo más que llega, pasa y se va. Como todo en esta vida.



Este nuevo año quiero que venga cargado de ilusiones, de sueños por cumplir, de sonrisas y de cariño. Quiero vivirlo. Y quiero guardar el saquito junto todos los que pienso crear a partir de hoy. Porque ahora, es cuando empiezo a poder juntar mi felicidad en ese saquito rojo llamado corazón.



Vane.

1 comentario:

  1. Jolinas tía,me he emocionado entera :')
    me alegro de que este año haya sido genial :)
    verás el siguiente,que es par,todo irá 2mil veces mejor! Y la prueba es: la cabalgata xDDD
    te quiero mucho hada madrina.

    ResponderEliminar