martes, 28 de julio de 2009

Odio y venganza por encima de amor...

¿Cómo mantener un débil corazón de princesa y seguir sintiendo un alma rebelde sino encuentras más que obstáculos en el camino?
Hay cosas que no se pueden perdonar. El miedo, la rabia, la incertidumbre de qué pasará, la congoja... unidos, pueden hacer sentir a la persona más noble del mundo, el sentimiento más horrible. El odio. Y después, escondido detrás del odio, espera, paciente y silenciosa como una víbora, la venganza. El odio es un sentimiento que, una vez dado rienda, apenas unas pocas personas pueden controlar. Y yo no estoy dentro de esas pocas personas. Este sentimiento podría hacer que el ser más pacífico de la tierra cometiera cualquier locura. Yo soy así. Seria capaz de hacer cualquier cosa por proteger lo que más quiero en el mundo por encima de mi vida y de la de cualquiera. Y el cielo sabe que lo haré. Porque el odio que está naciendo en mí, ni quiero ni puedo controlarlo. Saldré de esta, de eso puedo estar segura, y además, saldré victoriosa, porque ningún cabrón va a amargar mi vida ni la de mis seres queridos. Solo me hace falta una cosa y, sin ánimo de ser pretenciosa y creída, siento, dentro de mí, que poseo esa cosa. La fe; la fe de las personas que confían en mí, que creen en mí. Y eso para mí, es algo más fuerte que cualquier arma. Es lo que me mantiene en pie, luchando contra lo que me hace daño y defendiendo mi territorio, marcando la diferencia con todo el planeta.
Así que, gracias por confiar y creer en mí. Se que puedo hacerlo. Puedo ser fuerte y enfrentarme a esto.


¿No?

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