No sé exactamente por qué fue tan rápido, pero en cuanto crucé un par de puertas de mi destino paradisiaco veraniego, me sentí terriblemente decepcionada. Las cosas no eran como yo imaginaba o dibujaba en mi mente, sino cuatro paredes mal levantadas en las que veía frustrado mi sueño de un tierno y feliz amor de verano o en todo caso, amistad especial. Pero aquello era como una cárcel silenciosa, oculta a simple vista; sin barrotes, pero una cárcel a fin de cuentas. Sentía que mi espíritu de libertad estaba encerrado, y mi ávida curiosidad por conocer, se desvanecía a velocidades estelares.
Contaba con el as de que podia aplacar la sensación de soledad que me invadía con tan solo cerrar los ojos y soñar, pero cuando los volvía a abrir el tortazo de despertar era algo estresante.
Recordadme que no vuelva a soñar estupideces.
Contaba con el as de que podia aplacar la sensación de soledad que me invadía con tan solo cerrar los ojos y soñar, pero cuando los volvía a abrir el tortazo de despertar era algo estresante.
Recordadme que no vuelva a soñar estupideces.
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