lunes, 4 de julio de 2011

Loveless.

¿Lluvia? No, solo unas gotas rebeldes. Hacía tal vez años que no comía una manzana de caramelo. La herida de su labio le escocía, pero le daba igual. Volvió al hotel a la hora de comer. Quería volver a tumbarse sobre la cama y dormir para no volver a levantarse. Pero su representante le interceptó en el ascensor. Parecía de mal humor.
- ¿Qué he hecho ahora? - le preguntó, dándole un mordisco más a la manzana pinchada en aquel palo.

- Has salido en la televisión esta mañana.

- ¿Y?

- Intenté detenerte antes cuando saliste corriendo pero no pude encontrarte.
- ¿Qué han dicho de mi? Pareces preocupado.
El hombre le miró durante unos segundos, con cara de sorpresa.
- ¿Qué?

- ¿Desde cuando tú te preocupas por lo que me preocupa a mi? - le preguntó.

- Oh, genial. Tú también me ves diferente de lo que era antes o de lo que soy ahora o de...

- Bueno, da igual, Jin, la cuestión es que esta mañana saliste en la televisión en el telediario de por la mañana.

- ¿Telediario? - dijo él, saliendo del ascensor cuando llegó a su piso -. ¿Qué hago yo en el telediario?
- ¿Es que no te acuerdas? Jin, anoche hubo una pelea en el distrito de Shinjuku. Y tú estabas ahí.

- ¿¡Que qué!? No, espera, yo no me metí en ninguna pelea, es verdad que estuve allí pero no...

- Te acusan de pandillero, de violento y de alcoholico y mujeriego. Dicen que esto podría bajar tu popularidad y ya han puesto en marcha un programa especial para esta noche sobre tu vida, tus antecedentes y qué fue lo que pasó realmente la noche pasada.
- ¿¡Pero qué demonios es esto!? ¡Apenas acabo de llegar a mi país y mira lo que me están montando! ¡Es todo mentira, no te lo vayas a creer!
- Yo creo lo que tu me digas, Jin, confío en ti. Pero la audiencia lleva un tiempo viéndote diferente. Tu popularidad sigue por las nubes, claro, pero si ese programa vierte mierda sobre ti, no sabemos qué podrá pasar.
- Pero, ¿tienen pruebas? - preguntó, entrando en la habitación y tirando el palo de la manzana en la papelera.

- Dicen que te han visto. Que hay testimonios grabados por los investigadores del programa sobre tus juergas nocturnas - le informó su representante, entrando tras él y cerrando la puerta.
- Mierda... - susurró el chico, empezando a dar vueltas por la habitación como una fiera enjaulada.
- Entonces, ¿es verdad?

- ¡No! - gritó, frotándose el pelo, desesperado -. Es cierto que estuve allí tomando algo pero después volví, yo no tengo nada que ver con esa pelea, por favor, créeme.
- Te estoy diciendo que yo te creo, Jin. Pero la audiencia y tus fans son los que deciden.
- Joder, pero ¿por qué...?

- Alguien debió de verte y salió a contarlo. Solo se me ocurre eso.

- No tengo tiempo ahora de pensar en eso - susurró el chico -. Tengo que arreglar de alguna manera todo esto. Vamos a la cadena, por favor. Saldremos de alguna manera de esto, hablaré en el programa...

- Jin, por dios, ¿tú te has visto la cara? Realmente parece que te han dado una paliza.

El chico corrió al baño y se miró a espejo. Su labio partido estaba algo morado y en la frente quedaba una brecha también algo morada. Maldijo por lo bajo a Kazuya y volvió a la habitación.
- ¿Y qué hacemos?
- Iremos a la cadena igual. Pero ponte algo para evitar que se te vea. Nos meteremos en uno de los camerinos y veremos el programa desde allí. Tal vez podamos arreglar algo.
Sin poder decir nada más ante aquella locura, el chico se cambió de ropa y se puso una gorra y gafas de sol, intentando disimular su identidad. El representante cogió el coche y llevó al chico hasta la cadena de televisión, donde el programa estaba a punto de emitirse. El edificio era imponente. Había estado varias veces allí. Pero nunca antes le habían juzgado como iban a hacer aquella noche allí. Subieron al piso de los camerinos sin cruzarse con demasiado personal, lo que significaba que estaban a punto de salir al aire. Histérico el chico entró en un camerino vacío y su representante con él, quien cerró la puerta con llave y puso la televisión. Todavía daban anuncios.

- Acabo de ver a esos chicos - le comentó el hombre.

- ¿Ellos? ¿Qué hacen aquí?

- ¿Delatarte? - especuló el representante.
http://www.youtube.com/watch?v=vDXPCWDu6SM

- ¡Imposible! No digas bobadas - le espetó -. Ellos son... no son así - dijo al fin.
- ¿Seguro?
- Cállate, esto ya empieza - susurró, mirando atentamente al televisor.

El programa era presentado por un par de hombres a los que Jin personalmente odiaba. Eran los típicos presentadores de chismes y rumores que se metían en la vida de los demás para desprestigiarlos y tergiversar todo lo que pasaba en realidad. El chico se frotó las manos con fuerza. Aguantó durante todo el programa que hablasen de su vida, de su familia, de sus amigos, de sus gustos y de sus éxitos y fracasos. Gritó cuanto quiso al escuchar algunas mentiras bien gordas y se quejó de cómo trataban su intimidad, como si fuera un trapo viejo. ¿Para eso había trabajado siempre tan duro? ¿Para acabar así? Dejaron para el final el hecho de que había habido una pelea en la que se había visto involucrado. Dijeron más mentiras todavía. Cuando pensó que nada podría empeorar, pusieron un video que le dejaba a la altura de la mierda. Desesperado golpeó la pared un par de veces y volvió a gritar una sarta de insultos contra los directores de la cadena. Su representante había estado hablando con todos sus contactos para que cortasen el programa pero había sido imposible. El chico apoyó la frente en la pared y cerró los ojos con fuerza. La había cagado. Pero bien. ¿Qué iba a hacer ahora?

- Jin - le llamó el representante -, ¿quién es esa...? - preguntó, señalando la pantalla del televisor.

- ¿Esa? - musitó, girándose en redondo a mirar -. ¡¿Yarah?! - gritó.
- ¿Quién es?
El chico no contestó. Se sentó de un salto en el sofá y miró la pantalla con atención. La chica vestía como siempre, unos vaqueros y unas deportivas blancas, con una camiseta sin mangas azul y una camisa blanca atada solo a la cintura. Llevaba el pelo suelto y no llevaba las gafas puestas. Jin sintió un pálpito en el corazón. ¿No había visto su representante antes a los chicos allí? ¿Qué estaba pasando?


- Dinos, ¿quién eres? - la preguntó el presentador. Ella no parecía nerviosa en absoluto.
- Soy alguien cercano a Jin - se presentó -. Quiero dejar claro que solo soy alguien cercano, no quiero que salgan rumores raros de esto, ¿vale?


- Parece profesional - dijo el representante -. Sabe dejar las cosas claras.

- Cállate - susurró Jin.
Quería escuchar. Pero sospechaba que todo aquello era cosa de ellos.


- ¿Y qué has venido a contarnos?

- Jin no es quien habeis mostrado en esas pantallas. Él realmente es su música. Por eso estaría bien si la gente comprendiera su ambición por salir del país para mostrar su música al mundo.

- No estamos hablando de eso ahora, bonita - la atacó una de las colaboradoras -. ¿A qué has venido aquí exactamente?


- ¿Pero que se ha creído esa payasa para hablarle así a ella? - soltó Jin.

- ¿Quien es el que se tiene que calmar ahora? - le dijo el representante.


- He venido a decirles que Jin no es quien decís. Si lo que quieres saber es si Jin estuvo ayer metido en una pelea, te diré que es mentira, que no es así.

- ¿Y las heridas que tiene? ¿Cómo las justifica?


- ¿¡Qué!? ¿¡Lo saben!? - gritó Jin -. ¿¡Cómo!?

- Las camaras de seguridad - susurró el representante -. Nos grabaron al entrar. Sabían que vendríamos, joder.
- ¿¡Y ahora qué, eh!? ¡Vamos, salgamos al plató o algo, por dios! ¡Se la van a comer viva!

- Fue culpa mía - contestó la chica -. Anoche quisimos rememorar cuando éramos más pequeños. Asi que estuvimos jugando al Twister. No se si conocerán ese juego, en el que hay que poner las manos y los pies en los colores del suelo - intentó explicar.
- Sí, sabemos - la cortó la colaboradora.
- Pues, mi apartamento es pequeño. Por lo que en una caída, Jin se golpeó en la frente y tiene una brecha. Y también el labio. Eso fui yo con el codo al caer sobre él.

- ¿Pero que sarta de mentiras está contando esta chica? - preguntó el hombre.
- Las mentiras que van a salvarme, así que cállate - susurró Jin, sin poder apartar los ojos de ella.


- ¿Eso puede ser?

- Yo misma me disloqué el codo ayer. Tengo el parte médico, por si quereis verlo.
La chica le tendió al presentador un papel y tras echarle un vistazo, admitió que era real.
- Entonces, ¿aseguras que estuviste con él?
- ¿Cómo se sino dónde están sus heridas? - interrogó ella.

Miró a la colaboradora, con una sonrisilla de superioridad que hizo que Jin sonriera también.
- ¿Algo más?
- Sí - siguió la mujer, con ganas de encontrar algo raro en el testimonio de la chica -. ¿Por qué no ha dado él la cara hoy aquí?

- Mierda - soltó el chico -. Tengo que salir.

- No - le detuvo el representante -. Si ha sido capaz de defenderse ella sola, lo será hasta el final.

- Pero...

- Aguanta, Jin. Y mírala.

La chica se levantó y caminó por el plató. Como si lo hubiera hecho toda la vida.
- ¿Qué hubiera pasado si Jin hubiera salido aquí con las heridas en la cara, eh? - les preguntó a las chicas de la primera fila del público -. Si él aparece con las heridas después de nuestro pequeño accidente pero con estas especulaciones tan graves sobre él, ¿qué hubierais pensado? ¿Le hubierais dado si quiera una oportunidad de explicarse? Y lo más importante, si alguien como Jin cuenta esto de un simple accidente con un juego de crios, ¿le hubierais creido?

Nadie respondió. Nadie dijo nada. El silencio se volvió incómodo. Ella se sentó de nuevo y miró a la colaboradora.

- ¿Y usted? ¿Le hubiera escuchado? ¿Le hubiera creído?

- Si tuviera pruebas...

- ¿De qué? ¿De mi codo dañado? ¿Iba a contaros esta prueba que es la única que tiene sin desvelarme a mi a vuestro conocimento? Él se vuelve loco con estas cosas, se confunde y le duele no saber por dónde salir y qué decir. Por eso no es justo algo como esto contra él.

- ¿Y necesita que tu le protejas? - la espetó.

- Yo no protejo a nadie - corrigió ella -. Solo cuento la verdad. Porque conozco a esa familia. Conozco a ese chico cabezota pero buena persona con amigos que le quieren. Y no quiero que digan mentiras sobre ellos si yo personalmente puedo evitarlo.

La colaboradora no dijo nada más. Yarah la miró fijamente y luego se volvió hacia el presentador, quien no había podido detenerla ni alegar nada en contra de ella.
- ¿Algo más? - preguntó de nuevo.

El programa terminó. Jin suspiró. Los aplausos para la chica llovieron e inundaron el plató mientras ella se levantaba y saludaba antes de irse. Le había salvado realmente la vida. Apagó el televisor y se levantó.
- Estamos salvados.

- Y es gracias a ella - admitió Jin -. Tengo que encontrarla y...

Abrió la puerta se encontró en el pasillo con ella. Y con los cuatro chicos a su alrededor. La felicitaban por el trabajo mientras ella sonreía. Hacía años que no la veía sonreír. Quiso caminar hacia ellos y sonreírles como siempre. Pero algo le detuvo. La sensación de que no tenía el derecho a sonreír con ellos. Al parecer era cierto que ellos la habían instruido para salir en aquel programa para salvarle. Y por eso parecían tan felices. Por haberle ayudado a pesar de no haberlo pedido y de no merecerlo. ¿Por qué? ¿Por qué tenía esa sensación de angustia en el pecho? ¿Por qué se sentía tan solo a pesar de estar a unos metros de los que fueron sus fieles amigos?
- ¿Por qué? - preguntó en voz alta -. ¿Por qué lo habeís hecho?
- Eso no es algo que debamos decirte. Es algo que tenías que saber ya - susurró Kazuya.
La chica le miró entonces. Señaló los lugares donde estaba herido en su cara y susurró "cuídalas". Él dio un paso hacia ellos pero Yarah se dio media vuelta y salió del pasillo. Ellos le miraron, los cuatro a la vez. Y luego solo bajaron la cabeza. Como si estuvieran esperando. Pero también se fueron. Desaparecieron de su vista, dejando esa sensación de vacío permanente y oscuro. Como si nunca hubieran estado allí. Como si aquello, no fuera Tokyo.

6 comentarios:

  1. me encantaaaaaaaaaaaaaaaaa perraaaaaaaaaa xDDDDD quiero masssssssss!!!!!!!!!!!!!1 xDDDD

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  2. ¡Jajajajajajajajajajajajajaja! Bueno, de entrada habrá otra parte, no se si dos, pero otra más sí. A ver si mañana puedo ponerla ;)

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  3. wiwiwiwii, bueno tecnicamente ya es mañana xDDDDDDDDDDD pero bueno, esperare pacientemente xDD

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  4. Bueno, empecé a escribir ayer, si. Asi que la entrada se publicará como si fuera dia 4, pero en fin, cosas de blogger. La cuestión es publicar, ¿no? xD

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  5. xiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii jajajjajajajaja ^^ >.<

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