miércoles, 16 de febrero de 2011

Me pregunto a cuántas lágrimas me he enfrentado.

Nieve. Frío. Cielo blanco e infinito. Montañas altas e imponentes. La chica suspiró fuerte y su aliento empañó el crista de la ventana de la cabaña. La puerta del baño chirrió ligeramente entonces y ella se giró. El chico de piel morena salió con una toalla a la cintura y secándose el pelo con otra más pequeña. La chica ladeó la cabeza y le miró.
- Ah, me lo he dejado dentro otra vez - dijo él de pronto con voz de fastidio desesperado, dándose la vuelta hacia el baño otra vez.
- No hace falta que vayas a por él - le detuvo. Sabía que se refería a su piercing. Siempre que se lo quitaba para ducharse lo dejaba en el baño y no se acordaba de recogerlo. Pero ahora daba igual. Ella solo quería que estuviera más cerca de ella -. Estás bien así, doctor - susurró.
Él clavó sus ojos oscuros en ella. Su figura cubierta por un albornoz blanco solamente le gritaba ven a por mí.
- Aaaaahhhh - suspiró ella entonces -. Lo sabía.
- ¿El qué? ¿Qué pasa? - preguntó, acercándose un poco a ella.
- Teníamos que haber ido a la playa - soltó, mirando de lado a fuera.
- ¿Por qué? ¿No te gusta la nieve? -. Él se puso a mirar hacia afuera también, al otro lado del ventanal de la habitación -. Pensé que sería un buen regalo de fin de semestre.
- Me gusta, claro que me gusta - dijo, mirándole fijamente y cruzándose de brazos -. Pero como aquí hace frío, no puedo verte así de ligero de ropa a cada momento, ¿sabes?
Él soltó una carcajada. Dejó caer la toalla mojada del pelo al suelo y se fue acercando a ella.
- ¿Eso es lo que te preocupa?
- No es que me preocupe. Es que me gusta - sonrió la chica. Adoraba ver su sonrisa de felicidad.
- Ya entiendo. Pero, déjame decirte algo - llegó a su lado y deslizó la mano por la cintura de ella, por encima del albornoz blanco que llevaba puesto -. Si estamos aquí no es solo para ver la nieve, bambina. Ni por un momento se me habría pasado por la cabeza hacer tal locura - aseguró.
- ¿Locura? - repitió ella.
El chico moreno la acercó a su cuerpo y bajó un poco la cabeza hasta su oreja. Ella sintió el pelo húmedo rozarla la piel.
- La locura de no tocarte - musitó, respirando hondo el aroma de la chica y soltando su aliento suavemente sobre su cuello.
- Ya estás loco - aseguró, apoyándose en él.
- Sí - contestó él -, lo sé.
El chico alargó la mano y corrió las cortinas rojas sobre la ventana, hasta cerrarlas por completo. Entonces la volteó hasta apoyarla en la pared, entre la ventana y la chimenea que chispeaba suavemente y susurraba calor. Acorraló su cuerpo contra la madera y la besó. Aquellos besos cargados de pasión que el chico la daba consiguieron nublar su juicio, su razón y su mente hasta dejarla en blanco completamente, expuesta a que él escribiera una canción en su piel y la grabara a fuego su corazón.




Fin del (infernal e insufrible) primer semestre. Contra todo pronóstico, idea y esperanza, he logrado aprobar todas las asignaturas de esta cuesta arriba que han sido los primeros seis meses de primero de carrera. Ahora tengo antropología, derechos humanos y por fin, por fin, psicología general. Mi primer trabajo tratará sobre los trastornos de personalidad, en concreto del trastorno disociativo de personalidad múltiple. Mi profesora dice que eso "no existe", con lo que quiere decir que no se da nunca, que es más fácil encontrar una rana con pelo que una persona enferma de trastorno de personalidad múltiple, pero en fin, a mi me interesa muchisimo y voy a investigarlo a fondo. La psicopatía me la han robado, maldita puta mariposa. Con lo que a mi me encantan los psicópatas...
La parte mala es que sigo viendo trabajo social como tal, con otra vez esta mujer que no me va a dejar vivir, y además derecho civil, el aburrido derecho civil y de servicios sociales que no se yo si voy a ser capaz de empollarme, que eso es de verdad un infierno, leñe.


Pero al menos ahora no lo veo todo negro. Tampoco blanco. Pero el gris es un color incierto que me dice que, igual que hay desesperación porque las cosas pueden salir mal, también hay esperanza porque pueden salir bien.




"Un mismo día no durará para siempre, por eso vivimos buscando la esperanza."

4 comentarios:

  1. Que mono es. Me hace gracia que se quite el piercing para ducharse, es curioso.

    Bueno lo ves gris, es mejor que negro. Y tengo la esperanza de que ese gris se vaya aclarando poco a poco y puedas verlo todo blanco o de otro color, pero que no sea negro. Realmente te lo mereces

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  2. Lo se. Aizawa-sensei...
    Ey, si se lo ha hecho hace poco es mejor lavar bien el agujero para que no se infecte o algo así. ¿Ne?

    No tengas esa esperanza, yo nunca veré las cosas de un color blanco, mucho menos rosa idílico. Estoy a gusto con el gris, sinceramente. Y creo que eso ya es más de lo que merezco.

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  3. Si, eso es verdad.

    No me referia a que lo vieras rosa idilico, precisamente.
    ¬¬ no seas boba

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  4. Bien, porque eso me lo saqué de la manga, como todo lo que hago.

    ¿Y que color esperas que vea? Da igual, de veras, no esperes que lo vea todo de un mejor color. El gris me gusta, me gusta mucho esta sensación de estar en el punto medio, no necesito verlo todo blanco para estar contenta.

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