miércoles, 20 de octubre de 2010

Maou.

La puerta se abrió de un solo golpe. Hubiera saltado del sofá si no supiera que sus compañeros hacían eso a menudo para molestarle cuando leía durante los rodajes. Pero entonces, al levantar la vista, parpadeó. Era una chica. Una a la que conocía bien.
- ¿Shiori? - susurró. Era la estilista y la costurera que se encargaba de ir con ellos a todos los rodajes, de arreglarles a ellos y a la propia ropa.
- Ah, Satoshi - susurró ella también -. Perdona. No sabía que estabas aquí.
- ¿Pasa algo? Casi tiras la puerta - comentó él.
- ¿Eh? Ah, no, bueno sí, bueno, realmente... - La chica suspiró -. Es igual, no importa.
- ¿Quieres sentarte?
Ella le miró. El chico estaba sentado en la rinconera del sofá, con las piernas estiradas en el lado corto. Suspiró una vez más y se sentó a su lado.
- ¿Problemas?
- Supongo que sí.
- ¿Algo que no se puede solucionar?
- Espero que no - musitó ella -. Por cierto, ¿qué lees?
- ¿Esto? Esos idiotas me lo regalaron. Romeo y Julieta, de William Shakespeare. ¿Lo has leído?
Ella negó con la cabeza. El chico se dio cuenta de que ella estaba tensa, movía las manos con nerviosismo sobre sus rodillas y sus hombros parecían en tensión todo el rato. Él no era demasiado bueno con aquellas cosas y aunque podía simplemente haberla escuchado, no sabía como hacerlo.
- ¿Quieres escuchar un poco? - preguntó entonces, tras el silencio.
- ¿Eh? - articuló la chica, más bien sorprendida.
- Romeo y Julieta - contestó él.
- Ah, de acuerdo.
- ¿Quieres ponerte cómoda? Ven, no me importa - dijo, señalando sus piernas.
- ¿Seguro? - susurró ella. Tenían confianza, sí, pero no quería molestarle con su simple presencia.
- Claro, ven. No solo me gusta que me escuchen cuando canto, ¿sabes? - sonrió él.
La chica dejó escapar al fin una sonrisa y se dejó caer sobre las piernas de él. Acomodó la cabeza en su regazo, mirándole por debajo del libro y esperó a que él empezase.

ROMEO
Si mi indigna mano profana con su contacto este divino relicario, he aquí la dulce expiación ruborosos peregrinos, mis labios se hallan prontos a borrar con un tierno beso la ruda impresión causada.
JULIETA
Buen peregrino , sois harto injusto con vuestra mano, que en lo hecho muestra respetuosa devoción; pues las santas tienen manos que tocan las del piadoso viajero y esta unión de palma con palma constituye un palmario y sacrosanto beso
ROMEO
¿No tienen labios las santas y los peregrinos también?
JULIETA
Sí, peregrino, labios que deben consagrar a la oración.
ROMEO
¡Oh! Entonces, santa querida, permite que los labios hagan lo que las manos. Pues ruegan, otórgales gracia para que la fe no se trueque en desesperación.
JULIETA
Las santas permanecen inmóviles cuando otorgan su merced.
ROMEO
Pues no os mováis mientras recojo el fruto de mi oración. Por la intercesión de vuestros labios, así, se ha borrado el pecado de los míos. (Le da un beso.)
JULIETA
Mis labios, en este caso, tienen el pecado que os quitaron.
ROMEO
¿Pecado de mis labios? ¡Oh, dulce reproche! Volvedme el pecado otra vez.

La puerta se abrió y él hizo un sonoro quejido de silencio, instando a los tres chicos que acababan de entrar a callarse. Ellos le miraron y vieron a la chica sobre el regazo del chico, profundamente dormida y respirando con suavidad.

- ¿Y eso? ¿Tan aburrido es el libro?
- Creo que solo estaba cansada - susurró él, acariciándola suavemente el pelo.
- Y yo creo que ha sido tu voz, Satoshi - comentó el pelinegro, sonriendo, lo que provocó que su pequeño lunar en el labio se ocultara un momento.
- ¿Eh? - articuló él.
- Estoy de acuerdo con Jun. Es posible que tu voz la haya calmado hasta el punto de hacer que se relajase toda la tensión que tenía encima. Y por eso - el chico se puso las manos juntas bajo la oreja y sonrió -, se durmió con esa carita de ángel que tiene.
- Eso y que tiene que estar bien cómoda ahí - soltó el otro chico bajito, desde detrás del rapero.
- Callaos ya - se quejó él, mientras sonreía ligeramente.
No. No era un mal comienzo. No del todo.

Para Izumi. Por lo que nos quedó por ver.


El presente que estás viviendo en este momento se convertirá en el recuerdo del mañana.

2 comentarios:

  1. Y estoy escuchando "Live Evil"
    Lo nuestro se llama sincronización y lo demás tonterias.
    Esa frase.

    Voto porque pongan esto como final de Maou.
    Arg, odio esos finales! Podía acabar con ella, leches. En fin.....

    Arigato gozaimasu :)

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  2. Normal. Me apasiona esa canción, me levanta de una manera... Sincronización exagerada jaja.

    Por eso lo escribí, como nuestro final, lo que nos quedó por ver. Reconozco que el final fue perfecto para el dorama, queramos o no admitirlo. Pero fue tan triste :´(

    Doitashimashite :D

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