lunes, 21 de enero de 2013

La única verdad es que eres mi coraje de vivir.

Llamó suavemente a la puerta. La mujer le dio paso. Estaba sentada en su sillón de cuero, recostada, jugando con un bolígrafo entre los dedos. Sus ojos se clavaron en el pelinegro. Sho no cambió la expresión de su mirada. Penetrante a la vez que desafiante. Lo peor de todo era que eso a ella la gustaba. La hacía gracia, tal vez. El hecho de que quisiera poner tierra de por medio, alejarse de ella, o tirarla por un barranco en ocasiones y no poder hacerlo porque ella mandaba. 
- ¿Qué quieres?
- Cenamos esta noche, en el mismo lugar - le dijo, a nota informativa. 
No había hueco a discusiones. El solo pensar que tendría que volver tarde a casa o incluso, si esa mujer se ponía pesada de nuevo, no volver, le dio escalofríos.  
Reika le hizo acercarse, moviendo un dedo hacia ella. En lugar de quedarse al otro lado de la mesa, le indicó que la rodeara y llegase hasta ella. El pelinegro respiró hondo sin que se notara demasiado su gesto resignado. Ella le dio un pequeño empujón para que se apoyara en la mesa, a medio sentar. Él casi se dejó caer, con las manos sobre las piernas. La mujer pasó la mano por su rodilla, despacio. Se levantó con una elegancia exageradamente sensual, bastante típica en mujeres como ella. Pasó los brazos alrededor del cuello del chico y acercó los labios a su cuello. 
- ¿Te gustó mi regalo?
- ¿Eh?
- La marca que te dejé anoche - sonrió contra su pelo. 
- ¿Que hiciste qué? - soltó él, apartándola de su cuerpo -. Es una norma de la agencia, Reika. No se pueden tener...
- Marcas de besos u otras cosas en el cuerpo, sí, lo sé, pero yo puedo hacer contigo lo que me venga en gana - le recordó. 
Él no contestó. La mujer dio un leve toquecito en el lugar donde estaba la marca. Sho se llevó la mano a la clavícula y sintió que su corazón se paraba un momento. Dejó de respirar un instante. Apretó la mandíbula con fuerza, cosa que la mujer aprovechó para delinearle el contorno del mentón y el cuello. Él cerró los ojos. Cada roce de ella era una puñalada más profunda en el alma. Izumi. Ella lo había visto esa mañana. La marca de traición de Reika.     

Estaba terminando de cocinar aquella receta de un libro que había encontrado en un altillo del desván. Ya solo la foto de la portada tenía una pinta estupenda y ya que tenía tiempo, había decidido desempolvar el libro y echarle un ojo. Aquella receta le había hecho salivar solo de imaginarse lo bueno que tendría que quedar ese plato. Armado con un delantal blanco atado a la cintura y un paño colgado al hombro, Jun terminaba de poner las últimas especias en la sartén cuando el móvil le vibró en el pantalón. Dio un salto al notarlo. No esperaba que nadie le llamase esa noche. Cogió el mango de la sartén con la mano izquierda y se limpió la otra rápidamente en el delantal. Bajó la música del reproductor del salón con el mando a distancia, luego volvió a metérselo en el bolsillo trasero del pantalón negro. Cuando quiso sacar el móvil, casi habían colgado. 
- ¿Sí, sí? - respondió rápidamente. Escuchó un suave respirar al otro lado -. ¿Hola?
- ¿Jun? 
El chizo frunció el ceño, extrañado. 
- ¿Izumi? 
Nadie respondió. 
- Oye... 
- ¿Estás ocupado? - contestó al final ella. Jun se mordió el labio al escuchar su voz -. Lo siento, yo...
- ¿Dónde estás? - la interrumpió él. Se limpió la otra mano y sujetó el teléfono entre la oreja y el hombro. De una estantería sacó un par de recipientes de plástico y los abrió sobre la encimera.
- ¿Yo? -La voz de ella mostró desconcierto -. En casa. 
- ¿Has cenado? - siguió, lamiéndose el dedo después de meter el primer plato en uno de los recipientes y hacer fuerza sobre él para cerrarlo.
- ¿Eh? 
- Prepara la mesa. Llegaré con la cena en quince minutos, ¿vale? Es lo que calculo que le queda a esto - comentó, revolviendo el interior de la sartén.
- ¿Que qué? Espera, espera, Jun...
- Sé que te pasa algo - volvió a interrumpirla suavemente, sujetando de nuevo el teléfono con la mano -. ¿Me lo contarás durante la cena con un buen vino blanco?   
Aquel chico era así. Impulsivo hasta semejante punto. Izumi sintió que allí estaba la razón de que le hubiera llamado a él. Sabía que la entendería sin decir nada y que además, no la dejaría sola.
- ¿O no quieres invitarme? - siguió él. 
- Eres tú quien trae la cena, no es una invitación propiamente dicha - contestó la chica. 
- Ya estamos, tú y tu maldita manía de poner puntillas a todo - se quejó el moreno -. Espérame, ¿va? No tardaré. 
- Jun - le llamó antes de que colgara. 
- ¿Mmm?
- Gracias. 
El chico asintió suavemente y luego colgó. Volvió a meter el móvil en el bolsillo del pantalón y se centró en terminar. ¿Qué habría pasado? Izumi solo recurriría a un amigo si no pudiera contar con Sho. Y si en ese momento no podía contar con el pelinegro, es que pasaba algo de lo que quería enterarse de inmediato. Además, no podía dejar sola a la chica después de escuchar aquella voz triste y medio llorosa. Apagó el fuego pero no apartó la sartén. Volvió a limpiarse las manos mientras se acercaba al frigorífico. Al abrir la puerta las botellas de agua tintinearon unas contra otras. En el estante de arriba, la tarta estaba lista para ser un gran postre. La tapó para que no se estropeara y la metió en una pequeña nevera que usaría para llevar la comida. Aprovechó que tenía el frigorífico abierto para sacar una botella de vino blanco. Cuando el revuelto que estaba en la sartén se enfrió un poco, lo metió en el otro recipiente de plástico, empujándolo con el dedo. Se lamió los restos mientras dejaba la sartén en el fregadero con algo de agua. Ya limpiaría el desorden después. Se quitó el mandil, lo dejó sobre la encimera y cogió la cena. En el vestíbulo, se calzó las botas negras y cogió la chaqueta de cuero. Se la puso sobre la camiseta blanca de manga corta. Palpó los bolsillos, recordando que las llaves del apartamento y del coche estaban en esa chaqueta. Cerró con llave al salir y bajó en el ascensor hasta el garaje.            

Izumi se secó la cara con la toalla pequeña. Su reflejo en el espejo era todo un poema. No había pensado que a Jun se le ocurriría algo como ir hasta allí. No vivían lejos pero tampoco excesivamente cerca. Además, iba preparado con la cena y posiblemente una buena conversación. Y ella solo tenía ganas de meterse debajo de la cama y desaparecer. Ni siquiera se metería entre las sábanas. Abrazarse con el olor de Sho era como ser masoquista o algo peor. Sin embargo, no podía hacer ninguna de las dos cosas porque había llamado al hombre más pesado, insistente y bueno que podía tener por amigo. Se cambió la ropa con la que llevaba todo el día y al menos consiguió parecer un poco menos yonqui. Se recogió el pelo en una coleta y se puso las gafas que usaba cuando no llevaba lentillas. Aunque pareciera que no, eso disimulaba un montón su cara de muerta viviente. El chico llegó apurando el tiempo que la había dicho por teléfono. Él también llevaba gafas. El moreno dio un paso hacia ella y pasó la mano libre por su mejilla para besarla con suavidad al lado contrario. Izumi se quedó un momento parada en la puerta antes de reaccionar. ¿Tenía acaso escrito en la cara "necesito cariño" o algo por el estilo? Se apartó para que él entrase. Iba cargado con una neverita de color azul que parecía pesar. Jun se metió directamente en la cocina y empezó a sacar cosas de la bolsa. 
- No tenías que molestarte en...
- ¿Vas a ayudarme a ponerlo en platos o tengo que hacerlo solo? - la interrumpió, con una cálida sonrisa. 
La chica entró en la cocina y empezó a sacarle platos y bandejas para toda la comida que llevaba. La mesa estaba puesta. En cuanto los platos estuvieron calientes, Jun los llevó y los puso con cuidado sobre el mantel. 
- ¿Qué te parece?
- Es demasiado - se quejó ella. 
- Nada es demasiado para una amiga deprimida.
- Vaya, ¿gracias? No sabía que daba esa sensación - le espetó, torciendo la boca. 
- Aún deprimida sigues siendo una amigüita muy especial - sonrió él. 
Descorchó el vino con una facilidad increíble. Llenó a la mitad ambas copas y cogió la suya. Olió el vino antes de probarlo, poniendo cara de satisfacción. 
- He elegido bien. 
- ¿No se enfadará Keiko? - susurró ella de repente. 
- No estaba en casa. 
- ¿Trabajando?
- En exteriores - confirmó él -. Tenía que ayudar a montar no se qué decorado... es lo que tiene ser restaurador. 
- Supongo. 
La chica estaba ida. Él se daba cuenta de sobra. Cogió la copa y se la tendió, instándola a dar un trago. Izumi lo hizo y sintió que el vino la calmaba el dolor de garganta que tenía.           
- ¿Dónde está Sho? -El dedo en la llaga, lo sabía, pero debía preguntar. 
- Se fue - dijo solamente ella. 
- ¿Hace cuanto que se ha ido? 
- Después de comer. -Contestaba casi como un autómata.
- ¿Llevas toda la tarde sola? ¿Por qué no llamaste antes? 
- No quería molestar - susurró -. Muchas veces tampoco le llamo a él porque no se si será buen momento. 
Él suspiró. El maldito trabajo a veces era una carga tan pesada que agobiaba. Lo entendía mejor que nadie. Jun dio un trago más a la copa y con la mano la señaló la otra silla de la mesa. La chica se dejó casi caer, mirando de reojo la comida. Tenía el estómago completamente cerrado pero el olor de aquella comida empezaba a despertar su olfato. Parecía que el chico tenía la capacidad de hacer que al menos su estómago se contentara. Él solamente la miraba, con la copa en la mano. A ella no la molestaba que la mirase así, tan fijamente. Porque sabía que no la estaba juzgando ni intentaba obligarla a hablar. Era su forma de decir habla que yo te escucho. Era una de las partes que más adoraba de Jun, su capacidad para mantener la calma cuando trataba de ayudar a los demás a pesar de ser tan temperamental como un tifón cuando le tocaban sus cosas. 
Durante la cena prefirió no tocar el tema. Dejó que la chica hablase de lo que quisiera e inició una conversación totalmente ajena a los problemas que suponía que tenía Izumi. Consiguió que la chica se animara, y el vino ayudó. El chico recogió los platos después de cenar y la contó de dónde había sacado la receta de la forma más tonta. Ella le hizo prometer que se la apuntaría para poder hacerlo ella un día. 
Jun cogió la botella, o lo que quedaba de ella, y se sentó en el sofá cómodamente. La chica también cogió su copa y se sentó al lado del moreno. Él la interrogó suavemente con la mirada. Ella dio un trago largo a la copa. Sabía que el alcohol empezaba a hacerla efecto. Cuando se la pasara, tiraría de cerveza si era necesario. No quería sentir. No quería pensar. Quería dormir. Sin saber absolutamente nada de la realidad.  
- ¿Qué ha pasado, Izumi? - susurró al fin. Sabía que ella a veces necesitaba un empujoncito. 
- Ha dormido fuera. Con otra - dijo directamente. Después de todo, Jun no se merecía que anduviera con rodeos. 
- ¿Qué? Venga ya, por favor, eso es imposible. 
- Su camisa huele a ella. Y tiene una marca. -Se señaló el cuello -. Justo aquí. 
- No podemos tener marcas de ese tipo - la recordó él. 
- Tal vez a ella no le importe esa norma o fuera él quien la dejase hacerlo, yo qué sé. 
- ¿Estás convencida de lo que estás diciendo? -El chico se puso serio y se inclinó hacia ella, como si fueran a hablar de un secreto de estado -. Izumi, es Sho. Y todos sabemos lo que siente por ti, es estúpido pensar que ha podido hacer algo como esto. 
- ¿Ha pasado algo últimamente? - le interrumpió ella. 
- ¿Qué? ¿Algo de qué?
- En la oficina. En su trabajo. No sé, desde hace un par de días está raro, es todo... muy diferente. 
Jun comprendió que el chico no la había contado nada del cierre del Himitsu. Él se lo resumió. Izumi recibió la noticia como si la doliera más que un golpe. Mostró su indignación, haciendor reír al moreno por las locuras que proponía para mantenerlo. 
- ¿Eso es lo que ha hecho que se fuera con otra? - susurró la chica cuando terminó el vino de la copa -. No lo entiendo. 
- Ciertamente, hay algo muy raro... ¿Y en serio llevas todo el día deprimida por una duda como esa?
- No es una duda, es que lo sé - se quejó -. Si hubiera sido por el trabajo, por su compañera de reparto, me lo habría dicho, lo sé. Apenas puedo saber de él y necesito que me lo cuente todo, saber que confía plenamente en mí.
- Izumi, no puedes sentir esa… dependencia ciega de Sho. No es sano.
- No es una dependencia ciega – le aseguró -. Sé que no puedo aferrarme a él de esa manera. Simplemente es que le quiero. 
 - Y vaya si te costó admitirlo y confesarlo - recordó el chico, arrancándola una pequeña sonrisa.
- Recordar eso ahora no sirve de mucho - suspiró -. Él es libre de hacer lo que quiera. No diré que nunca pensé que estaría siempre con él, porque mentiría. Pero... podía avisarme, hablar seriamente. Decirme que esto se acabó, que no tengo que esperarle más noches despierta o que deje este apartamento y me vaya. Que no quiere saber más de mí. Sin embargo, de repente hace esto... siento que está jugando conmigo, Jun.
- No, Sho no es esa clase de persona, yo lo sé, le conozco muy bien. Está pasando algo.
- ¿No me digas? – ironizó ella.
- Me refiero a algo demasiado serio. Y con algo demasiado serio quiero decir a algo que ni siquiera nos ha contado a nosotros, Izumi. 
Entendía perfectamente esa clase de amistad. Contar para absolutamente todo con esas personas. Si lo pensaba en frío, Sho era así. Al principio de su relación aquello parecía más un consejo de guerra que un intento por mantener una relación entre ellos dos. Los cuatro chicos siempre estaban metiendo las narices, a veces para bien, otras no tanto, era cierto, pero en realidad les debían parte de lo que habían conseguido. Gracias a ellos y a una fotógrafa entrometida, habían llegado a un punto en el que ambos solo podían confesar lo que sentían, sin dar marcha atrás. 
Izumi respiró hondo. A pesar de saber que había algo mal en aquello, el hecho era que no podía olvidar el olor de aquella mujer en la camisa de Sho.  
El moreno cambió de tema de forma radical. Pensaba hablar de ello con sus compañeros al día siguiente. No podían seguir especulando de esa manera, dándole vueltas y más vueltas al tema, cosa que no solucionaría nada, y tratando de imaginar qué demonios estaba pasándole al pelinegro sin saber absolutamente nada. Estaba enfadado con él, por no contarle nada; cuando él tenía problemas con Keiko, siempre encontraba en Sho a una especie de hermano mayor que le echaba la bronca cuando se equivocaba y no le daba la razón como a los locos. En cierto sentido, quería devolverle eso. Además, el moreno se enfadó consigo mismo, por no haberse dado cuenta de que algo tan serio le estaba pasando a su amigo. Así que se propuso beber y hacer olvidar a la chica esa noche que tenía un novio estúpido. Empezó a hacer bromas sin sentido, a contarla cosas de la infancia del grupo y de sí mismo, anécdotas que posiblemente solo le había contado a Keiko. Necesitaba ser útil para Izumi, después de que ella diera el paso de llamarle a él el primero cuando había pasado todo eso. La chica decidió dejar que él la ayudase esa noche, que fuera como el alcohol que la hacía olvidar. Buscó esas cervezas que tenía en el frigorifico y las dejó encima de la mesa del salón. Con un par de ellas, brindaron. Por olvidar.

Todavía no se explicaba cómo lo hacía para no dejar que su vida interfiriera en su trabajo. Tal vez ya eran muchos años y tenía sistematizado el olvidarse de todo cuando estaba frente a las cámaras. Al menos la grabación había ido bien. Tenía suerte de que Reika le hubiera dejado irse esa noche. Tal vez debería hablar con Izumi. Si se lo contaba todo, si trataba de explicárselo... No, ni siquiera así. No tenía justificación para lo que estaba haciendo. Dejó las llaves suavemente sobre la mesilla y cerró sin ruido. Algo le dijo que la chica podía seguir esperándole. Se acercó directamente al sofá. Había al menos seis latas de cerveza en la mesa, vacías. Y una botella de vino blanco.  
¿Jun?
Se volvió hacia el sofá. Tumbado hacia el otro lado, el muchacho moreno respiraba con pesadez, completamente dormido. Sobre la mitad de su cuerpo, abrazada a él, Izumi parecía haber conciliado un sueño más que reparador. El chico tenía el brazo derecho alrededor de los hombros de ella, quien reposaba la cabeza contra su pecho, y la izquierda pasaba por su cintura hacia su espalda, dejándola bien resguardada entre el sofá y su cuerpo. Sus piernas estaban medio entrelazadas y podía sentir la respiración de Jun contra el pelo de Izumi. No supo en ese momento qué clase de dios le dio la fuerza suficiente para mantener la cordura. ¿Por qué él? ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Y qué demonios eran aquellas confianzas? Izumi era suya. Bajo cualquier insulto como posesivo, celoso o anticuado, lo que fuera. Esa mujer le pertenecía a él, solo a él. Su conciencia empezó a decirle al oído que él había hecho lo mismo. Dormir entre los brazos de otra. Pero seguía sin ser lo mismo. Jun era su amigo, su mejor amigo, y sabía cuánto quería a Izumi. Y aún así... 
"¿Cómo he dejado que ocurriera esto?" se dijo a sí mismo, apartando la mirada del sofá y apretando los puños con fuerza. "Se acabó. No pienso soportarlo más."
Decidir, elegir, entre la mujer que quería con todo su ser y sus amigos, sus compañeros, sus hermanos. No. Jamás. Arreglaría las cosas, como fuera. Pero jamás pondría en peligro todo cuanto tenía. Porque hasta aquel momento no se había dado cuenta de todo lo que había estado arriesgando. Y de que lo que ponía en juego, no era comparable al beneficio de ganar aquella partida. 
     







"Lo mejor para ti es seguir adelante. Prometo que no te haré daño una segunda vez..."

12 comentarios:

  1. Jo, Jun es monisisisissisimo. Qué gracia imaginándomelo de cocinillas (tengo que ver bambino xD, asi lo veo en vez de imaginármelo. Me ha gustado su forma de actuar "espera, que voy con la cena, y aunque tengas que contármelo, no vas a estar sola porque yo estoy contigo y voy a ayudarte. Además digas lo que digas, voy a ir igual"
    El hecho de que preguntara por él y hablaran del tema, pero que una vez sabido no insitiera más en el tema, para poder distraerla, me ha parecido muy cuqui. Aunque he de reconocer que me ha molestado que Jun se lo haya contado y no él; es verdad que el pobre hombre tampoco tuvo tiempo, marchó por la mañana y cuando volvió ya estaba metido en todo el fregado... *Mmmm, estoy indecisa. No sé si sí, o si no*
    Qué grata sorpresa encontrarse con Jun en el salón encima durmiendo con ella; pero si sabe que ella ha visto la marca, pensando en frio no debería de resultarle complicado atar cabos.
    Después los sentimientos que ha experimentado, tengo curiosidad por saber cómo reacciona y qué va ha hacer.

    PD. Foto = muerte
    El titulo me pierde también, que lo sepas.
    Me gusta mucho la canción también

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    1. A ver, es que Jun tiene una parte cusqui que me mata, porque me encanta mucho. *Bambino es un dorama que se hace algo pesadillo, pero si quieres verlo con delantal, adelante. No descarto echarle un ojo a algun capitulo yo tambien* Es un carácter super lanzado e impulsivo que me pierde.
      Él no insiste porque pasa de pensar demasiado, quiere hablar con los demás antes, además está ahí para levantarle el ánimo a la chica no para sacar teorías descabelladas sobre Sho. En realidad, si hubiera sido por él, tal vez no se lo hubiera contado, pero Jun sabiendo que aquel cambio en Sho tenia que ver con el Himitsu, de alguna manera, se tomó la libertad de contárselo. Las explicaciones llegarán más tarde, dale tiempo al tiempo *y a mí para escribir*
      Precisamente por eso viene lo de "un dios que le dio la fuerza suficiente para mantener la cordura" Porque luego lo pensará en frio y racionalizará pero en ese momento... es complicado, incluso aunque él hubiera hecho lo mismo.

      PD. La foto es LA foto, el titulo es parte de Gift *cancion que iba a poner pero no he podido por falta total de video en el puto internet* y Tell me Goodbye le viene al pelo *y es el único video que youtube no me va a borrar* así que...

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    2. Lo sé, estás hablando conmigo. Ese carácter lanzado e impulsivo, combinado con su dulzura, su picardía y el punto romántico que le veo me matan.
      Ya, ya lo sé, pero también podia ahaber insistido para intentar sacar algo más en claro, y sin embargo, prefirió dejarlo ahí para hablar con él. Eso es otro punto suyo que me encanta.
      Lo sé, por eso lo he dicho, ya ha mantenido más la calma que cualquier otra persona. Lo normal es que les hubiera despertado a ambos pidiendoles explicaciones.

      PD. Chiiiiiii, lo reconocí; ya sabes qeu esa canción me enamora

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    3. A ver, céntrate, estamos hablando de Sho, ¿vale? jajajajajajaja que te pierdes....
      Insistir solo iba a poner a la chica más patas arriba todavia, actuó como era normal y lógico, solo que él hace cosas normales y lógicas y está para comerselo.
      Es que ahí está el punto, ¿qué derecho tiene él a hacer eso habiendo hecho él lo que ha hecho?

      PD. Si, me imaginaba que no hacía falta decirlo pero bueno, apunte informativo. Lo sé, y por eso la estuve buscando pero parece que ha desaparecido de la faz de internet oye...

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  2. Creo que te mataré-morire si no actualizas YA!
    Por partes; La tiparraca esta cada vez esta mas caliente- que si, es el efecto que tiene Sho- osea que va a intentar violarlo al pobre en breves; luego, lo de imaginarme a Jun entre fogones me mató, tiene que tener una estampa curiosa, aqui mi primo, eso si, el tema de que sea el amigo encantador me parecio un puntazo. Quiero que Sho les cuente todo, ya, antes de que haya mas mal entendidos por parte de todos, porque vamos se quedo con una cara cuando vio a Jun que... di que es normal, pero vamos que para evitar cosas mas trancendentales que esas, por favor, una explicacion ya. Sho si, es un encanto de hombre, muy mono y todo lo que quieras, pero a mi en este capitulo me ha enamorado Jun muchisimo.

    PD. La foto, bestial, cuando la vi no sabia por donde iba a ir, pero vamos que cuando empecé a leer ya me entere. La cancion, brutalmente bestial, bueno, es ESA cancion, que voy a decir.

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    1. Ala ala, exageración al poder!
      Si, por partes dijo Jack el Destripador. Seh, creo que eso ha quedado... muy claro. Va a por él a saco. Jun es que no has visto Bambino, hija mía *dorama "antiguo" y clásico donde los haya* Pregúntale a Tanya por la dichosa escena de Jun jugando con los ingredientes de hacer repostería, verás. Aqui hay mil malentendidos juntos porque sino, las entradas se harían aburridisimas, tiene que pasar siempre algo, corcho.
      Si, creo que respecto a Jun, estamos completamente de acuerdo.

      PD. Es queeee... casi te mato, no tenias este reportaje tia. No hay foto mejor *que yo haya visto* donde salgan los dos tan... así. La canción es una super canción y pega que te cagas al ánimo del capítulo, vamos. Porque todavía no se sabe qué está pensando hacer Sho... ejem.

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    2. Pues me ha parecido cuquisimo en ese escena jajajaja Si, es cierto que sino seria aburrido todo, pero vamos qeu ya te ocupas tu de ponerle mas mal entendidos para que no sea aburrido y jodernos con el tema de la espera e.e" jajajajaja

      PD se me hace rarisimo que no lo tuviera, la verdad, porque me encanta esa foto jajajajaja
      perra, nada de spoilers, aqui, capitulos enteros! jajajajajajaja

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    3. Jajajajaja es que lo es, la verdad. Claro, es que con una sola entrada un poco... sin acción, la cosa se vuelve pesada xD Es distinto en un relato entero, que tienes todos los capitulos y no tienes que esperar para leer el siguiente, puedes hacerlo cuando quieras. Pero en el blog, el tiempo juega en contra del interés. Yo no jodo con la espera, coño, es que teneis poca paciencia! xD

      PD. Pues no, no lo tenías, tuve que buscarme la vida para encontrarlo. Jajajajajaja vale, no spoilereo más, tranquila xD

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  3. Bueno, creo que por primera vez voy a poder dar una opinión a timepo *mas o menos, no os centréis en el día va? xD*
    A ver, no se si lo habrán dicho ya o no, pero si no tira Sho a esa zorra manupuladora por un terraplén la tiro yo.Lo prometo. Jun es muuuuuuuy mono, me encanta que se autoinvite y además uqe la lleve la cena. Me gusta mucho por qeu se nota la forma de pensar de Jun mientras ocurre todo eso. El detalle de que empuje la comida con lso dedos, me encanta. Da una apariencia de chico de andar por casa, como tu*con la diferencia de que los delantales que te e visto usar son mas bonitos, y hasta pegan con tus camisetas xDDD*
    En cuanto a Sho, Por dios ¡¡¡¡Al fin!!!!!! se da cuenta de lo qeu puede perder, al fin. TEngo curiosidad por saber que va ha hacer para "cantarle las cuarenta", y también la reprimenda que le echan los demás. Me gusta mucho también la reacción de Izumi *Aunque esto es del anterior, gomen por no poder leer en el momento*, cuando ve al marca, que no se comporta como una histérica celosa, si no que lo interioriza primero. A ver como se lo suelta es otra. Por que ahora mismo da la impresión de que no le dirá mucho o nada. Pero bueno.
    Creo... que ya, si se me ocurren mas cosas te aviso xD

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    1. Vaya... ¿quien eres y que has hecho con la rubia? Ahora la que interioriza cuando lee eres tu xD Creo que antes de que pienses en tirarla por un terraplén me sé de una que ya la ha matado de todas las maneras habidas y por haber en la faz de la tierra y marte... y entre terribles sufrimientos xD Da gusto ver que la gente se pone de acuerdo cuando se trata de cargarse a la mala jajaja Oye, mis pintas con delantales por favor ignorémoslas, gracias xD
      Bueno, si esto es lo que piensas... creo que te sorprenderás bastante con la continuación muhahaha.
      Yoroshiku~

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    2. Pues... sinceramente la rubia sigue siendo la rubia pero...con una charla sobre "criticas constructivas" a las espaldas xD, e igual que me gustan a mi cuando las hacéis pienso que aunque sea algo qeu ya te hayan dicho infinitas veces, quieres saberlo, así que... te lo pongo.
      Em.. pasemos a lo importante xD a ver me da igual que la haya matado entre terribles sufrimientos o no, el caso es que la tiro por un terraplén, yo escondo el cuerpo xD no me importa *Eso si, nada de forenses listillas que nos conocemos xD* Es el malo, siempre nos ponemos de acuerdo xD.
      Tus pintas son muy buenas, hace muchoq eu no las veo, m...*pensando formas de conseguir repetirlo xD*
      Es lo que pense cuando lo lei, la verdad es que ahora... buff, es complicado predecir el copmportamiento de los personajes por que aunque la forma en la que los veo esta bastante encaminada por quien escribe* osea se, la mente privilegiada con inspiración* puedo imaginar una forma de que se lo diga, pero puede que sea otra totalmente diferente, por que mi forma de ver este tipo de cosas, es un sentimiento tan fuerte que siempre acaba siendo todo lo contrario a lo que esperas.
      Y no se si lo dije antes, pero por dios, ya era hora de que despertara Sho. Coño, es que.... mira que le gusta complicarse xD

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    3. Vaya, veo que ser pesada redomada da sus frutos... pero me hubiera hecho más ilusión si hubieras dicho que había salido de ti y no de las chapas que te doy yo, pero en fin xD
      Si, si, no diré que esconder un cuerpo es más dificil de lo que parece, el olor a podrido es intenso y si es al aire libre da igual, se puede determinar la causa de la muerte a no ser que la quemes... mejor dicho, incinerar porque de un cuerpo quemado también se sacan cosas, lo que pasa que para incinerar tienes que tener como 900 grados de temperatura y conseguir eso con gasolina y un mechero es... prácticamente imposible. Bien, planteado mi estudio de hoy de medicina legal, que veo que algo se me ha quedado en el cerebro, haz lo que quieras, matar, todas pensais en matar, pues matad xD pero yo haré algo todavía mejor muhahahahahahaha!
      Ya, si tu cuando quieres, piensas mucho! xD
      Lo bueno es que la propia persona no sea predecible, así sus escritos tampoco lo serán... más o menos. Además espero de verdad poder sorprenderos, un poquito. Es la satisfacción de escribir, que no podais hablar del flipe que teneis encima aunque sea por minucias pero que os sorprendan.
      Le gusta complicarse la vida... como a todos alguna vez en nuestra vida, es la naturaleza xD

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