viernes, 18 de enero de 2013

Hacer lo que hay que hacer.

Una llamada entrante en el móvil del pelinegro. El teléfono no sonó. La vibración insistente contra la mesilla fue lo que le hizo quejarse en un gruñido antes de abrir los ojos, molesto. Estaba en la cama. Izumi respiraba suavemente a su lado, dormida y desnuda, apoyada en su hombro cómodamente. Notaba su pelo desparramado por la almohada rozándole la piel y su respiración le acariciaba el pecho. Antes de apartarla con cuidado, la besó la frente y la subió un poco más la sábana que cubría su cuerpo. Ella ronroneó. Se había despertado pero aún no había abierto los ojos. Sho se incorporó y se sentó en el borde del colchón, aún tapado a medias con la sábana. Alcanzó el dichoso teléfono y descolgó sin ni siquiera mirar quién llamaba. 
- Qué - gruñó.
- Eh... te hemos despertado, ¿no? - contestó una voz divertida al otro lado.
- Sí - cortó, cerrando otra vez los ojos como si fuera a quedarse dormido.Izumi se acercó más a él y le pasó los brazos por la cintura, sin levantar la cabeza del colchón. Sho esbozó una sonrisa.
- Esto es importante. -Era una voz distinta. El chico separó el teléfono de la oreja y miró el número desde el que llamaban. Estaban en la oficina, y usaban el manos libres para escucharle todos.
- ¿Qué demonios pasa ahora?
- ¿Puedes venir a la oficina? 
- ¿Es necesario? - se quejó. Esa mañana no trabajaba, las escenas de la película serían grabadas por la noche por necesidad del guión y había pensado pasar la mañana con Izumi después de la noche de cumpleaños que habían pasado.
- Sí. Por favor. -La voz del líder sonaba más seria que de costumbre -. Para hacer esto tenemos que estar todos. 
- ¿Hacer qué? Por dios, chicos, me estais asustando.
- Van a clausurar el Himitsu-chan. -Era Kazunari. Él no se andaba con tantos rodeos como los demás. Eso de que las cosas importantes había que decirlas cara a cara le parecía, a veces, una traición. Si informabas por teléfono sobre el tema, ya ponías en sobre aviso a la persona para que se mentalizase y fuera capaz de pensar y procesar con más claridad.
- ¿¡Que qué!? - soltó el pelinegro, abriendo los ojos de golpe -. ¿Qué estais diciendo? ¡No puede ser!
- Lo es - confirmó Satoshi, respirando hondo -. Después del Shukudai y el Shiyagare, el Himitsu...
- ¡Pero Riida por dios! - le interrumpió -. ¿Qué ha pasado para que se tomara una decisión como esa?
Estaba nervioso. La idea de perder algo como aquel programa de televisión, donde se juntaban los cinco y andaban como si fuera su casa, haciendo divertida la tarde para todos los que les veían, era simplemente inconcebible. Había soportado dos despedidas ya. No quería otra más. Aunque habían puesto una sonrisa todos y habían hecho mil tonterías en el último episodio de cada programa, todos se habían quedado algo deprimidos después de la clausura. Algo como aquello no era justo.
- Te estamos esperando para ir a buscar la respuesta a tu pregunta, date prisa - le dijo Jun, con cierto tono cortante. Estaba enfadado. Él lo exteriorizaba así. Por suerte, le conocían lo suficiente como para saber cómo aguantarle cuando se ponía así.
- Ya, ya... - intentaba Masaki calmar a su amigo -. Sho. Tranquilo. Te esperamos donde siempre. - Aquel chico siempre manteniendo la calma con una mezcla de cabeza fría y algo de indiferencia que, en realidad, solo era una máscara con la que ocultaba su rabia y su frustración para tratar de protegerles a todos.
- Voy enseguida - atinó el pelinegro a contestar antes de colgar.
Tiró el teléfono contra la mesilla. Los brazos de Izumi subieron desde su cintura hasta sus hombros. Sus manos empezaron a hacer alguna presión en ellos y él cerró los ojos, apoyando la barbilla en las manos y los codos en las rodillas.
- ¿Estás bien? - le susurró, inclinándose hacia él desde la espalda, besándole el hombro.
- Tenemos algún problema - suspiró, mientras ronroneaba a causa del masaje de la chica.
- ¿Algo muy grave? - siguió curioseando ella.
- Lo suficiente como para apartarme de ti esta mañana - la dijo, girándose para mirarla, poniendo fin al masaje.
Buscó estrechar su mano, pidiendo perdón en silencio.
- Eh, no pasa nada. -Izumi alcanzó su mano y se aferró a ella -. Si tienes que irte, entonces ve.
- No era lo que había planeado, en serio, yo...
- Sho, no puedes remediarlo - le recordó -. Así es tu vida. Tienes que hacerlo.
- A veces odio que me comprendas tan bien - susurró, mirándola a los ojos.
- Prométeme que me contarás qué pasa cuando vuelvas - le pidió.
- Ya veremos.
No podía ir hablando así como así de su trabajo. Esa parte también era complicada, y una norma, como la de no tener marcas de besos ni nada por el estilo en su cuerpo. El pelinegro se inclinó sobre la chica y la besó.
- Buenos días - dijo entonces.
Ella solamente sonrió. El pelinegro se levantó y se metió en el baño. Fue una ducha rápida. Salió con el pelo completamente mojado y despeinado, se vistió en apenas unos minutos, con unos vaqueros azules y una camisa blanca. Ni siquiera dio tiempo a que Izumi terminase de hacer el café en la cocina. La chica salió hasta el vestíbulo, ya vestida con un pijama de pantalón corto, y le tendió el reloj con correa plateada que el chico hubiera olvidado en la mesilla de la habitación. Podía notar a simple vista el nerviosismo, la preocupación y el desconcierto del pelinegro. La hubiera gustado hacer algo más, pero sabía que no era el momento para hablar. 
- Ten cuidado - dijo solamente ella. 
- Te quiero - contestó él, con una sonrisa ligeramente amarga. 
El chico cogió las llaves del coche y salió del apartamento. Izumi suspiró y dejó caer los hombros. Corrió a la cocina al oler el café y lo apartó del fuego. Con un desayuno caliente, la chica se sentó en el sofá y recogió las piernas. Buscó en el móvil el número de su amiga Hikari. Había pensado bastante en lo que Sho la había dicho de la fiesta. Sentía que, aun estando insegura, el hecho de que él estuviera con ella era suficiente para ponerse un vestido de confianza y mostrarle al mundo eso que nunca pensó que tenía que demostrar a nadie. Quién era y en quién se había convertido. Pulsó la tecla de llamada y escuchó un par de tonos. 
- ¿Sí?
- No te habré despertado, ¿verdad? Acabo de darme cuenta de que estas horas para ti son intempestuosas - comentó, mirando el reloj de la estantería que marcaba las diez y veinte. 
- No, tranquila. Para eso ya tenemos una rubia muy lista y maja que me llama a las nueve y media para despertarme de mis plácidos séptimos sueños y joderme mis últimos quince minutos de sueño - se quejó Hikari. 
Izumi soltó una carcajada y la chica la gruñó. 
- ¿Qué pasa? Es pronto - dijo entonces la muchacha. 
- Ah, solo quería decirte que, lo de la fiesta...
- ¿Lo has pensado seriamente?
- Lo he hablado con Sho. -Aquella respuesta era suficiente explicación para Hikari, lo sabía. 
- ¿Así que el señor ojazos te ha convencido? 
- No es que me haya convencido - gruñó Izumi -. Es solo que... me sirve si él me entiende... no se si me explico...
- De sobra, para mí eres como un librito abierto - sonrió Hikari -. La fiesta es dentro de tres días. ¿Nos vemos allí? 
- Sí, nos vemos allí. Oye - la llamó antes de que colgase -, ¿vas a ir con él? 
Un momento de silencio. 
- Yo no quería - suspiró al fin la chica -. Pero es él quien se empeña en venir. Dice que quiere ver el lugar donde crecí... es un idiota romántico - susurró, aunque con una pequeña sonrisa de complacencia. 
- ¿Pasará algo si cada uno llevamos a nuestra pareja? Se supone que es una reunión de "ex-alumnos", no de "ex-alumnos más acompañante" - hizo notar la morena.
- El patio del colegio era muy grande - hizo memoria Hikari -. Y nuestra promoción son solo dos clases de unos... 20 alumnos. Creo que sobrará espacio incluso así que... Además, ¿qué chorradas? Eso es lo que todo el mundo está esperando. 
- ¿El qué? 
- Ver el éxito propio por encima del fracaso de los demás - contestó la chica, con firmeza. 
Y era cierto. Izumi suspiró. Esa verdad era posiblemente lo que más miedo podía llegar a darla. Se despidió de su amiga y colgó el teléfono. Cogió la invitación y la leyó otra vez. Sentía un nudo en el estómago cada vez que leía el nombre del colegio. Al final de la invitación había una dirección de correo en la que confirmar la asistencia. La chica abrió el portátil que tenía encima de la mesa y lo encendió mientras se levantaba a calentar otra vez el café con leche. Le dio un pequeño sorbo antes de abrir el hotmail para confirmar su asistencia dentro de tres días a la sede principal del mismísimo infierno. 

Sho caminaba como si aquello fueran los pasillos de una fortaleza enemiga. Miraba a todos lados, a cada persona que se cruzaba con él. Como si, al no saber de quién era la genial idea de clausurar su preciado programa, todos fueran culpables. Cosa que en el fondo, no sentía. Pero necesitaba aclarar aquel maldito lio cuanto antes. En la sala de reuniones del grupo, sus cuatro amigos estaban esperando, claramente nerviosos. Se podía sentir en el ambiente. Jun no dejaba de menear la pierna, sentado en un sofá, posiblemente mordiéndose las uñas o los labios constantemente. Satoshi estaba en una silla, en la mesa redonda que tenían, con los codos apoyados en la tabla y las manos entrelazadas frente a los labios, con la mirada fija, casi perdida. Kazunari se peleaba con unos marcianos a los que estaba machacando en la PSP, llamándoles de todo en voz baja, una curiosa manera de desfogarse. Y Masaki miraba al techo tumbado en el sofá más grande, cual largo era, con un brazo colgando y el otro metido bajo la cabeza. Apenas escucharon las visagras de la puerta chirriar cuando el pelinegro abrió, se giraron hacia él. El único que no se movió de su posición sentado y apoyado en la mesa, fue el líder. Los demás se levantaron y también se acercaron a la mesa. Era redonda por pedido expreso. Así cuando se sentaban a hablar, a deliberar o a discutir, podían verse todos las caras. Cada uno ocupó su lugar en la mesa y levantaron la mirada hacia Satoshi. 
- ¿Y bien? ¿Alguien me puede explicar lo que ha pasado? - empezó el pelinegro.  
El líder finalmente parpadeó y les miró a todos. Luego, posó sus ojos oscuros en Sho. 
- Esta mañana nos hemos enterado. Parece ser que Reika ha decidido dejar que cooperar con la cadena de la televisión donde producimos el Himitsu. 
- ¿Qué? ¿Dejar de lado esa cadena de television? ¿Estamos locos o qué? Es la mayor cadena de producción de televisión que hay. Si no hay un mínimo de armonia entonces nosotros...
- Desaparecerán nuestros programas - continuó Masaki. 
- Y adiós a protagonizar doramas - rugió Jun. 
- ¿Cómo puede pasar esto? - susurró Sho, casi en shock. 
- La cuestión no es cómo o por qué - les interrumpió Satoshi -. Es lo que vamos a hacer ahora. 
- ¿Qué quereis hacer? -Por el tono de su líder, sabía que habían pensado en algo. 
- Para empezar, hablemos con Reika. Creo que al menos nos debe una explicación. 
- Por eso me habeís esperado, ¿no? - suspiró el pelinegro. 
- Es algo que tenemos que hacer todos juntos - dijo Kazunari, con una cálida aunque preocupada sonrisa.   
- Vamos. 
Satoshi fue el primero en ponerse en pie. Que aquel chico hubiera salido líder había sido algo increíble y, durante mucho tiempo, fue considerado una inutilidad como tal. Sin embargo los chicos siempre le habían llamado así, era el mayor y le respetaban tanto como persona como por sus aptitudes, capacidades y talentos para el mundo en el que vivían. Y en momentos como aquel, demostraba que era alguien en quien siempre se podía confiar ciegamente. Los cinco juntos caminando por los pasillos de la agencia eran demasiado llamativos. Además, no estaban de humor y se podía notar a simple vista. Subieron en el ascensor hasta el piso treinta y cinco. El despacho de su agente estaba allí. Antes de entrar respetaron las normas de cortesía y Satoshi llamó con suavidad a la puerta, pidiendo permiso al entrar. 
La mujer estaba sentada detrás de su escritorio, con un ordenador portátil y la ciudad de Tokyo a su espalda. Vestía un traje de ejecutiva ceñido, con el pelo recogido y unas gafas redondas en el puente de su nariz. Les ofreció asiento, en las dos sillas que había frente a la mesa. Satoshi ocupó una como líder. Sho obligó a Jun a sentarse y le puso las manos en los hombros, antes de que empezara a dar vueltas como una fiera enjaulada por el despacho y pusiera nerviosa a la mujer. 
- ¿Qué pasa?
- Ya sabemos la decisión que has tomado - dijo el chico, con voz muy suave -. Respecto a nuestro programa en la cadena de televisión nacional. 
- ¿Y? -La mujer se recostó en su sillón de cuero y juntó las manos, entrelazando los dedos. 
- Queríamos saber qué posibilidades hay de que esa decisión se retire. 
- Ninguna - contestó de inmediato. 
- ¿¡Cómo qué-!? -Las manos de Sho hicieron presión sobre los hombros de Jun, obligándole a permanecer sentado. 
Satoshi puso una mano en la rodilla de su amigo y le miró, serio. "Déjame esto a mi, por favor". Jun respiró hondo y apartó la mirada de la mujer. 
- ¿Podemos saber por qué razón se nos va a apartar de la cadena? - insistió el líder. 
- Es mi decisión. Y punto. 
- Pero...
- Si no teneis nada más que decir - le cortó ella, señalando la puerta. 
- Sí - la interrumpió Satoshi, poniéndose en pie -. No puedes hacer cuanto te venga en gana con nosotros. Serás nuestra agente. Pero no tienes ni idea de lo que es bueno o malo para el grupo. Solo te importa lo que te de reputación y buen nombre a tí misma. No eres digna de darnos ninguna orden ni de tomar decisiones tan importantes por nosotros. Así que, no nos quedaremos quietos esperando, sin hacer nada, mientras tú destruyes todo cuanto Arashi ha creado solo porque te da la gana.  
- Ni se te ocurra desafiarme, Ohno - le advirtió en voz baja, sibilante. 
- Ya lo he hecho, Reika - zanjó Satoshi -. Ya lo he hecho. 
Ninguno de los chicos tenía nada que decir. Sho dejó que Jun se levantara, con una cara de orgullo que no podía con ella, y los cinco se acercaron a la puerta. 
- Sakurai. -La voz de esa mujer. Todos se detuvieron antes de salir -. Quédate. 
Los otros le miraron. Sho encogió los hombros suavemente. No tenía ni idea de qué iba aquello. 
- Hablamos luego. -Las palabras del líder dejaban claro que quería saber cualquier cosa que tuviera con aquella víbora. 
Sho sonrió. Satoshi Ohno como amigo no tenía precio. Pero como enemigo, parecía todavía más mortal de lo que en realidad era aquel hombre de metro sesenta y seis. 
El pelinegro se dio la vuelta cuando los demás cerraron la puerta al salir. Se sentó en la silla que antes había ocupado Satoshi. 
- ¿Qué quieres? - preguntó directo Sho. 
- ¿Por qué me desafiais? - devolvió ella la pregunta -. Sabeis que siempre hago lo mejor por el grupo. 
- Nadie mejor que nosotros mismos sabemos lo que nos conviene, Reika. 
- Solamente estais sintiendo apego por ese maldito programa. Dejaos de sentimentalismos tontos, por favor. Ya vendrá otro. 
- Si cancelas el contrato con una de las cadenas más importantes del país dudo mucho que venga otro. Además, te repito que nosotros sabemos lo que queremos. Nunca antes nos hemos rebelado. El jefe era mucho más estricto que tú y sin embargo, con él eramos mucho más libres. 
- No me compares con el viejo - le espetó, levantándose de su sillón de cuero, con una mirada ardiente. 
- No puedo. Nunca serás como él. 
- Dices que nunca os habeís rebelado, pero tú pareces un rebelde nato - comentó, caminando hacia él. Sho la siguió con la mirada, tranquilo. 
- Sé lo que tengo que hacer y hasta donde puedo llegar. Con esos límites, soy como soy y quien soy. Y "el viejo" me dejó ser así. De modo que no me vengas ahora con estupideces de estas, ¿quieres? Ya soy mayorcito. 
- Dime, rebelde, ¿qué serías capaz de hacer si te digo que puedo reconsiderar mi decisión? 
El pelinegro se irguió en la silla. Un rayo de esperanza. Tal vez falsa, tal vez un juego, una manipulación, sí, lo sabía. Pero seguía siendo esperanza. 
- ¿A cambio de qué? - susurró con cautela el pelinegro. 
- Eres tan listo, me asombras de una manera increible - sonrió la mujer, paseando por la oficina -. Pero claro, por algo eres un graduado con honores en la Universidad de Tokyo, ¿verdad?
Que supiera cosas de él no le impresionaría lo más mínimo. Cualquiera sabía eso. 
- Y tú te consideras más lista que nosotros. Reika, no le des más vueltas. Considerarás mantener el Himitsu. ¿A cambio de qué? - repitió. 
La mujer paseó un poco más. Hasta llegar a la espalda del chico.  Posó ambas manos en sus hombros. Él disimuló la sorpresa. El dedo índice de Reika delineó la oreja derecha del pelinegro, rozándole el pelo. Luego descendió por su cuello, hasta su clavícula, la parte que la camisa dejaba ver. Su voz fue un susurro envenenado en el oído de Sho.
- A cambio de ti.              
Sonrió. Se relamió. Reika había encontrado una nueva forma de jugar con ellos. Una forma de intentar dominarlos, desde dentro. Y aunque muchos no lo creerían, Sho Sakurai era el eslabón más débil de aquella cadena. 
Él sintió un escalofrío que le nubló los sentidos y le cortó la respiración. Un roce como aquel, de aquella manera, en ese momento... Su petición era en serio, muy en serio. Tragó saliva. Cerró los ojos un momento. Y solo pudo pensar una cosa, algo que le golpeó el pecho con fuerza y le heló la sangre.
Izumi.               
   
   









Porque todos herimos y salimos heridos, aunque sea por error...

15 comentarios:

  1. Es monisimoooooooooooo!!!!! (LLLLLL)
    ¿Por qué todo el mundo quiere quitármelo? :'( Es mío.

    Les veo luchando por ello, por lo que quieren. Todos juntos. Me gusta esa idea, de hecho creo que hayan hecho algo.
    La idea que odio, es dejar de verles divertirse todos juntos, siendo ellos mismos. Naturales 100%.

    El hecho de que vayan ambas con sus respectivos, me hace una gracia terrible. Va a ser complicado ir por la fiesta sin resbalarse. Ver el éxito propio por encima del fracaso de los demás Toda la puta razón, pero se van a enterar ¡já!


    Yorokobi to kanashimi nukumori to nikushimi

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    1. A ver, acabas de decir que es monisisimo, ¿y todavía preguntas por qué quieren quitártelo? Pon en orden tu mente, chata.
      No se si habrán hecho algo o no, pero lo deseo de corazón. Son ellos los que hacen la fama en la empresa, no la empresa quien les hizo la fama. Por cierto, Satoshi me ha matado, ya sé que lo he escrito yo y blah blah blah, pero me he muerto con Riida.
      Bien, la cosa es que todavía no sé quién va a ir a esa fiesta porque... ¡Hasta aqui puedo leeeeer! Jajajajajajajajaja.




      Meguri meguru kisetsu no tochuu de nani iro no mirai wa egakimasuka.

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    2. Porque para mi es un amor; pero queda determinantemente prohibido que sea un amor para todo el mundo. Que se vayan a buscar a otros que les pega mejor. Y que no echen el ojo a mi pequeño de ojos claros jum! *me flipé*
      Se me hace muy raro ver a Satoshi así, pero si me lo imagino y es normal que te haya matado. Tiene pinta de ser un trozo pan, pero cuando se enfada...
      Daikirai :8

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    3. No es "determinantemente" es "terminantemente", no me des patadas al diccionario, anda chatilla. Eh... si, dejemoslo en que es muy tarde y se te permite fliparte... un poco! No te pases que nos conocemos yo y tu nube de algodón, mona.
      ¡Exactamente! Creo que ese lado oculto de Satoshi es lo que más le gusta a Nino también jajajajajajaja!
      Naaah, no me odies. Guarda tu odio para cuando escriba más... lo necesitarás entonces muhahahahaha.

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    4. Uy, despiste (no fallo, despiste) técnico.
      Mi nube de algodón y yo somos muy felices :D Pasamos mucho tiempo juntas y hemos hecho muy buenas migas.
      Voy odiándote poquito a poquito, no te preocupes por eso xD

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    5. Ya, ya, es que te despistas con una facilidad...
      Si, sois super felices, pero me costais ideas, una tras otra, las dos flipadas!
      No, poquito a poquito no, será un odio mortal, querrás que muera (un poco solo) entre terribles sufrimientos...

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  2. "- No, tranquila. Para eso ya tenemos una rubia muy lista y maja que me llama a las nueve y media para despertarme de mis plácidos séptimos sueños y joderme mis últimos quince minutos de sueño - se quejó Hikari. "

    Tranquila, que no te llamaré de nuevo. Te dejaré dormir tranquilamente tus 15 10 o 3 segundo sin interrupción ¬.¬

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    1. Increiblemente tienes el don de la oportunidad, así que algo me dice que todavía me quedan muchas mañanas de despertar porque una rubia muy lista y maja me llama por teléfono...

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  3. No te preocupes, que si digo que no, es que no, así me muera de los nervios, no te llamare para despertarte...

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    1. Aquí es donde hago alarde de mi mierda de tarde estudiando derecho penal poniendo en práctica la diferencia entre "matar para robar" y "robar y matar", en nuestro caso, "llamar y despertar" y "llamar para despertar". Me explico. Si me llamas porque estas nerviosa o lo que fuere, porque en ese momento necesitas contar conmigo, entonces hazlo. Si me llamas para despertarme o por hacer la gracia o porque te aburres y no tienes nada mejor que hacer *siendo horas intempestuosas, remarco*, lógicamente, te mato.
      He aquí la diferencia entre dos tipos de llamada que me van a joder igual pero de las cuales una te permito o consiento y la otra no. No se si queda suficientemente claro que puedes llamarme cuando te salga de tus malditas narices siempre y cuando me necesites, o te lo tengo que mandar por escrito o gritarlo al cielo o algo más. Porque te recuerdo que me llamaste, me colgaste y en lugar de darme media vuelta en la cama y quedarme roncando otra vez, me levanté de la cama, busqué la puta cobertura y volví a llamarte yo. Así que no seas melodramática, por favor, no me estoy quejando como si fuera algo malo, más bien todo lo contario, solo era una anécdota simpática y punto. He hice la gracia de nombrarlo aquí para que quedase constancia que Hikari e Izumi tienen una amiga rubia perdida por ahí, ¿va? Pues... eso.
      Hola, buenas tardes/noche.

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    2. Vale, se no ta mucho que estas estudiando. Y se que no lo hiciste en ese plan, mi cara de ¬.¬ tenái ese fin. De todas formas no te cogué, se fue al cobertura xD y si me a quedado claro. Y otra cosa, relax, anda, relax XD

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  4. A este ritmo no creo llegar a tu proxima actualizacion, bonita.
    Despertar como han despertado*si no hubiera una llamada jode-momentos por el medio* es super bonita y de pelicula pocholitica. Luego, El simple "te quiero" que le dijo él a ella me parecio precioso, no me preguntes por qué, porque no lo sé, pero me encantó fue tan espontáneo, tan... bonito, no sé. Luego tengo una pequeña duda de con quien ira la querida amiga de Izumi a la reunion, la verdad. Me enamoró la calma de Riida, de verdad, fue como él sería en una situacion asi, yo creo, bueno igual que el histerico de Jun o el directo de Kazunari. Me imagine la escena que se encontro Sho cuando entró en la oficina y fue como que placer absoluto, para que mentirnos, con respecto a Aiba. Luego, cuando salen todos a hablar con la tia esa, *a la que pondre a parir en breves* me lo he imaginado como en una peli cuando llegan los buenos. Se me hace extraño pero me gusta ver a Riida defender lo que quiere, todo lo que Arashi quiere, se ve que es un buen líder, y que los demas confian en él. Luego, lo que tienen por agente esque es una perra pero de dos patas en vez de cuatro; a ver, no niego que era una ocasion redonda para obligar a Sho a hacer cualquier cosa, pero vamos, que hace falta ser vibora para aprovecharse. En conclusion, siempre tiene que haber una guarra que le tire los trastos al chico guapo, es horrible

    PD. En el video, Riida me parece muy cuqui, Aiba super apachuchable, Sho super grrr, Jun muy guapo, como siempre, y Nino muy kawai. Y bueno, la cancion es preciosa, aunque ya lo sepas.

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    1. Oh, vamos, ¿en serio es para exagerar tanto? Madre mia...
      Si, ese despertar es de pastel total jajajaja La querida amiga de Izumi irá con... ¿con quien dudas tu? Por curiosidad... El histérico de Jun me encanta, me hace gracia y además es que eso, me gusta mucho, como en Saigo no Yakusoku, tal cual, son todos así. La escena de la sala es que me los imagino de esa manera, ya sabes, yo y mi maldita/bendita imaginación visual. Dios, sí, en plan peli, como los F4 en la de Hana Yori Dango! Abuf. Esa... ese personaje de mujer, es, como debe haber en toda historia que se precie, la que se califica de "mala" o "bruja" o "perra" o "zorra" o "guarra" o "la puta de la mala" como mejor te venga jajaja No es que siempre tenga que haber una que le tire los trastos al chico guapo, el problema es que este es MUY guapo, no se si me explico lo suficiente...

      PD. Vale, queda patente que te has visto el video jajaja Las canciones las elijo a conciencia, creeme *Nane piensa: mentira, si escojo las que me salen en el mp4 y pegan con la historia, no elijo nada ni nada por el estilo pero chstttt calla, mente, que eso ella no lo sabe* :D xD

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    2. Si, es para exagerar un poquitito mas!
      Pues o bien con Riida o con un chico que conocio en su trabajo cuando tuvo que "protegerle" voy muy desencaminada? Si, tambien me imagine en Saigo No Yakusoku la escena del final, cada uno con esas reacciones, tan... tan ellos, vamos. Sin duda, tu BENDITA imaginacion visual! mira un par de entradas anteriores a esta y me cuentas!! casi muero por tu imaginacion visual!!!! Llamar a esta "la puta de la mala" se queda corto, bonita. Si, es cierto, este chico es demasiado guapo

      PD. mori de risa con tu PD, me mataste xD creo que tu MP4 entonces te adora, porque escoge a la perfeccion las canciones, como lo programaste? por curiosidad, vamos

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    3. Vale, vale, pues tu sigue exagerando cuanto quieras, hija jaja
      No puedo creer que se te haya olvidado mentar a Ride, tronca, esto es un pecado capital. Es que el chico ese que conoció... vamos, que Kazuya siempre sale con Kira, no con Hikari. He aquí mi graaaan duda. Con Riida no puede ser porque está metido de lleno en el ajo. Así que... creo que todavía no lo se ni yo misma.
      Si, es que esa película marcó y mucho mucho.
      Bueno, pues nada, si tu dices que bendita, bendita sea, chata jajajaja Sí, sé que mueres cada vez que lo lees, precisamente te dedicas a recordarmelo, bonica.
      Pues si se queda corto sumalo todo y listo jajaja a ver qué da. Eeeeh, sí, demasiado demasiado demasiado.

      PD. Jajajaja es que estaba teniendo una conversacion mental importante... en fin. Yo solo le doy al aleatorio, lo demás es cosa del mp4 y el karma jajajaja

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