miércoles, 6 de enero de 2010

what?!

Veamos, es dificil describir cómo he empezado el año. Bueno, aquí como en el cole. Un resumen. Pero atentos, eh. Que esto no se ve/lee todos los días.
La cosa es que... ... no se como contarlo xD Vale, ya se. Usemos la imaginación para ponernos en situación...

(Nane rascándose la cabeza frente al ordenador, con cara de "sí, espera, hombre que estoy pensando" pero en realidad está mirando a la nada y en el planeta galleta. Tiene ante sí un test de esos cansinos y estúpidos que gentecilla de veinte en inglés propone...)

¿Te has enamorado alguna vez? Pues no se... (empezamos bien, ¿eh?)
¿Con cuantos tios te has acostado? Buf! con miles! Sí, sí, sí. Mira, los bombreso de la cabalgata, al elenco de Grease, al elenco del Moulin Rouge!... bueno, mientras cuento... ¡siguiente pregunta!
¿Cual es la situación en la que has hecho el mayor ridículo de tu vida? Está sí, esta me la sé! Pues el día 6/01/10. ¿A principios de año y ya haciendo el ridiculo? Sí, hijo, sí, verás, yo iba disfrazada de paja del rey mago, que ni es mago ni siquiera brujito, Gaspar, el del medio. Y claro, como comprenderás, bailar la Macarena con esas pintillas, como que deja a uno por los suelos. Pero lo hicimos mu bien, ¡eh! Que conste en algún sitio.


(Ahora ya, en serio) Todo eso sin contar con la cantidad de niños peleandose con los abuelos por caramelos! Y la señora que nos siguió toda la cabalgata detrás de la carroza de Melchor para recoger caramelos? Oye, ¡que ni los de protección Civil la echaron, a la tía!
Y luego está cuando ves a la señora, la buena señora abuela de doscientos nietos, sería, porque tenía un paraguas tamaño sombrilla abierto. ¡Pero no, no porque lloviera! ¡Lo tenía dado la vuelta y recogia ahí todos los caramelos que caían! Que lista, la jodia. Seguro que llevó más sacos que ninguna. Ostras, ahora que lo pienso... ¿cómo se los llevó? ¿Tuvo el paraguas abierto y dado la vuelta hasta que llegó a su casa? Pues que paciencia y qué poco sentido del ridículo, ¿no?

En fin, pudimos morir pero seguimos aquí, asi que algo hemos tenido que hacer bien, ¿no? ¡Eramos la alegría de la huerta, vamos!

Reconozco que es una pena que no podamos repetirlo más. Paseos y cosas así son las que empiezan a llenar el saquito, el cual siento que pesa un poquito más, a pesar de todo.

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