Love? Where?

Qué bonito es el amor, dicen por ahí.

Sí, claro. Es precioso. Cuando lo tienes. Cuando lo sientes. Cuando sonries ante la persona que te hace sonreir. Cuando una mano cálida envuelve la tuya y recorre tu cuerpo marcándolo con pasión. Cuando hay unos labios a tu lado para decirte simplemente, te quiero. Cuando dos ojos te miran con ternura y te contemplan como si fueras la octava maravilla del mundo. Cuando tu corazón no puede dejar de palpitar al mismo son que el que pertenece a otra persona.

Pero cuando solamente puedes anhelarlo con cada fibra de tu ser, con el corazón palpitando por sentirlo, cuando solo es un buen sueño, cuando ojos no te miran, cuando manos no te tocan, cuando nadie consigue hacerte sonreir, cuando se escapa en tus peores pesadillas, cuando no puedes alcanzarlo porque la vida no te da las oportunidades, entonces ya no es tan bonito. Es puro dolor.
El amor frustrado es la peor de las drogas. Te engancha y te desespera. Te vuelve loco y te duele el corazón. Y te hace llorar. Llorar mucho. Sentirte como una mierda que puedes encontrar en un callejón oscuro y tienes que tener cuidado de no pisar para no ensuciarte los zapatos y no oler mal. Tener la sensación de no poder levantar la vista porque las traicioneras pero siempre sinceras lágrimas resbalarán por tu estúpida cara de enamoradiza frustrada, inocente imbécil, soñadora sumida en una pesadilla y llorosa a mares.


Sí. El amor es muy bonito, es precioso, es maravilloso e increíble. Pero, ¿qué hay de aquellos que no lo sienten, Chris? ¿Qué puedes decirles a ellos? ¿Que sigue siendo maravilloso aunque mueran de dolor? Já. ¿Qué lo busquen? ¿Y dónde, eh? ¿Acaso tienes respuesta para todo? Ya basta, Chris. Soy ingorante, estúpida e idealista, lo sabes, me conoces. Pero solo hasta cierto punto. No puedo dejar que la realidad me golpee más fuerte de lo que ya lo hace si sigo soñando en color azul. Ahora mismo, solo siento dolor. Y miedo. Miedo a no sentir nunca jamás eso que llaman amor.