viernes, 8 de abril de 2011

Y todo fue tu mentira.

El mundo es muy grande. Pero ella se sentía pequeña. Se sentía nada en la inmesidad de lo eterno. Su voz en silencio gritaba rogando por unos brazos que la abrazasen sin dudar, sin vacilar, sin compasión, solo con cariño, dulzura. Alguien que se llevara aquel dolor solitario que palpitaba en su corazón y marchitaba cada vez más su joven pero envejecida alma.
Cada vez que miraba al cielo en la pequeña ciudad, pensaba que habría algo más allá de aquella inmesidad azul que no podía tocar con las manos.
http://www.youtube.com/watch?v=nXGBV-614bc
Ella escuchaba canciones. La música a veces parecía formar parte de su encanto olvidado. A veces reía y otras lloraba. A veces perdía de vista lo importante y otras protegía ese tesoro que tenía. Nunca se perdonaría el no ver su camino seguir. Era demasiado obstinada. Pero, ¿alguien la conocería de verdad? ¿Alguien la comprendía o la comprendería algún día? Algún día, para alguien, en algún lugar y por alguna razón. Eran muchas preguntas al aire, muchas indecisiones. Ella no lo soportaba más. Porque en el gran mundo al que parecía pertenecer, no hay un lugar para ella. Porque solo dolor encontraba en su camino. Porque no podría superarlo. No sola. Porque una persona que ansía el amor con cada expiración que hace, no puede sobrevivir sin él sin morir antes de seguir.

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