sábado, 4 de diciembre de 2010

Iris.

Ultimamente... sí, ultimamente no hago más que llorar. Todo está mal. Por más que intente verlo desde el lado bueno, por más que quiera sonreír ante todo... ese todo, ese mundo está patas arriba. Y algo me dice que no volverá a ser lo mismo.

"El ambiente ha cambiado. Antes estaba igual pero era diferente, de todas formas. Yo sabía, sabía que eras así. Primero lo que tu sientes. Después... lo que tu piensas. Y luego, cuando ya no soy capaz de seguir adelante sin llorar como una imbécil, te paras un instante. Si escojo las palabras equivocadas en ese instante, volverás a pisotearme como si fuera una mierda en tu camino hacia la gran gloria que es vencerme por completo. ¿Cómo puede una persona hacer daño a otras sin pestañear? ¿Y sin cambiar la cara de asco que parezco darle? Pensé que aguantaba porque confiaba en ti y porque te quería. Ahora se que no confio ni un poco. Y no se si ya podré volver a sentir ese querer hacia ti. Algo ha cambiado aqui dentro. Algo muy fuerte se ha vuelto débil y lucha por desaparecer. Te piensas que con solo decir perdón y de mala manera, arregla todos los problemas del mundo. ¿La putada? Que es cierto. Que conmigo, eso funciona. Por no hacerte daño, ignoro el rencor. Intento cuanto puedo pero cada vez es menos soportable hasta que vuelvo a reventar. Está bien, ¡vale! No, no soy perfecta ni mucho menos. A veces solo por joderte digo cosas que son solo eso, molestias. Pero otras veces es preocupación. A ella la toreas sin problemas y él nunca está cuando pasan estas cosas. Además de todo lo que tengo encima, esto es un peso más grande. Demasiado grande para mí. Creí que podría. Pensé que me lo pondrías fácil, que me ayudarías. Pero la última vez, simplemente dijiste que no era nadie. No soy nadie. Así lo dijiste. No soy una persona con sentimientos, no soy una persona que se preocupa por ti, no soy una persona que quiere cuidarte, no soy tu hermana mayor. Soy una puta molestia. Solo eso.
Hace un tiempo trataste de cambiar. Me prometiste que lo harías, que dejarías de atropellar a los demás con tus propios sentimientos y que escucharías antes de pensar en ti. No pedí que cambiaras en un dia, ni en dos meses... pero ha pasado casi medio año y estamos así cada dos por tres. Y esta ya... lo siento, lo siento, pero es la última que me haces. No puedo seguir pensando que soy una mala persona, un fracaso como persona solo porque a ti te salga del coño enfadarte conmigo porque te pongo una hora de llegada a casa. Me engañaste, me mentiste. Eso no lo perdono. Y a ti te lo he perdonado muchas, muchas veces. Pero esta ya no. Y no lo entiendes. Parece que nunca me entenderás por más que presumes de ser la que mejor me conoce cuando en realidad, no sabes nada de mi. No puedo más. Necesito huir. Quizá enfadarme contigo y tener una actitud hostil contra ti sea una forma de escapar, aunque solo me haga más daño a mi. Pero si al menos me odias, me sentiré menos culpable de regañarte y de mostrarme enfadada contigo. Es lo único que puedo hacer ya por las dos. Lo único y lo último. Esto... esto... se acabó. No quiero perdonarte. Va a hacer una semana de esta vida infernal que me has hecho pasar y eso es lo que menos te voy a consentir. Conmigo ya no. Y no quiero seguir llorando por las noches al sentirme completamente sola a pesar de que duermes debajo de mi, con tu pelo al alcance de mi mano. ¡No quiero llorar más, ¿lo entiendes?! ¡Nunca más!"
Además... ella no puede ser incodicional por las dos. Una vez esta bien lo que yo hago, otras lo que haces tu. Es normal que se enfade. Pero no comparto para nada su forma de actuar. Es demasiado extremista y así pasa lo que pasa. Esto ya es insoportable.

Por favor, que alguien me reserve el primer vuelo que salga de Barajas a Narita, por favor. Cojo el bus en la estación a las 2 de la madrugada, llegaré allí a las 6. Espero que me estés esperando en el aeropuerto con los billetes, por favor. No me abandones ahora.

Bye-bye.

No hay comentarios:

Publicar un comentario