lunes, 4 de junio de 2012

We are no more pain.

Amo, adoro, respeto y quiero a las letras en este mundo por encima de cualquier cosa. Nunca me han gustado los números. Demasiado exactos, demasiado redondos y cuadrados, demasiado inalterables, demasiado orgullosos como para dejarse fluir, demasiado enrevesados, demasiado rebuscados, demasiado perfectos, puros y únicos. Los números no pueden escribir "puta" o "follar" o "amor" o "tristeza". Son más puros en ese sentido que las letras, que tienen mil maneras de hacer daño a las personas. Y son la base de todo en el mundo, todo está relacionado con los números de una forma u otra. Hay quienes los adoran precisamente por ser así. Un número nunca te traicionará, si tiene que ser así, será. Y si no, es culpa tuya por ponerlo de otra manera. Los números nunca tienen la culpa. Sin embargo a la hora de buscar las palabras para expresar qué significan los números, podemos escribir palabras y palabras que parecen no tener sentido pero al final acompañan perfectamente a las cifras. Dándoles precisamente, un significado. Los números y las letras son como el agua y el aceite. Distintas las mires por donde las mires, unas son muchas, otros infinitos, unos son perfectos, las otras nunca llegarás a escribir exactamente palabra a palabra por segunda vez lo que has escrito anteriormente, cuando lo haces sin pensar demasiado. Esas diferencias hacen que se complementen cuando al lado de un ejercicio lleno de números sin aparente sentido, piden una explicación con palabras de lo que allí se escribe. Y a pesar de todo hay personas más capaces de unas cosas que de otras. Hay quien puede odiar los números tanto como para llegar a rendirse con ellos, y hay que no soporta de semejante manera una redacción llena de letras que adora las fórmulas matemáticas aunque éstas estén, por otro lado, repletas de letras. Hay gente a la que le da más seguridad el hecho de que los números solo tengan una salida en vez de escribir un texto que puedes saber como empieza y cómo quieres que acabe, pero tiene un gran vacío en el centro que has de llenar tú, llenarlo de ti mismo. No es una relfexión filosófica, es una realidad tan pura y normal como cualquier otra. Los números no son mis amigos. Y no lo serán nunca. Pero no me rendiré con ellos. Caerán ante mi como los troyanos frente a los griegos. Porque al igual que ellos, yo también puedo conseguir ganar la guerra aun habiendo perdido todas las batallas.







http://www.metacafe.com/watch/8563589/atcm_kat_tun_no_more_pain/

"Di, hacer o morir, es tu decisión."

2 comentarios:

  1. Sabes que en este tema, es uno de los pocos, en los que no coincidimos. A mi siempre me han resultado más fáciles que las letras. Realmente, no son tan cuadriculados como te piensas, más que las letras? sí, está claro; pero no es blanco o negro. No sé si podré ayudarte mucho, pero cualquier cosa que tengas ya sabes donde encontrarme. Cierto es que yo con las letras no haga las maravillas que tú haces; pero no me llevo del otodo mal con los números

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  2. No los estaba comparando, aunque parezca que sí. Solo estaba exaltando mi odio hacia los números porque en este momento sí que lo veo todo negro. Y realmente creo que es así, todo es de un color o de otro, se te pueden dar mal o bien, pero no a medias. Escribir es distinto porque cada uno tenemos nuestra esencia, nuestra forma de pensar, de sentir, de expresarnos al mundo. Toda esa variedad de oportunidades y frentes abiertos es lo que más adoro de las letras. Gracias por la ayuda, pero desgraciadamente esto es algo más que matemáticas aplicadas. De todas formas, lo tendré en cuenta, no te preocupes.

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