Caminando entre miles de personas.

Me he enganchado a un juego de construir casitas. No es coña, es un juego de estos de crear imperios y esas chorradas. Tengo una ciudad con nombre de mujer y una foto de diosa griega *aunque creo que me pegaba más la de Juana la Loca*. Tengo cabañas y palafitos *y yo que me reía cuando en Supervivientes salía una cosa que llamaban palafito y era como una casa... es que existieron de verdad en la época de "solo conocemos la madera a ver cómo nos lo montamos* y tengo una alfareria, un ayuntamiento de madera y cuatro tiendas de caza. Y soldados también. Y he conquistado tierras bárbaras, aunque todavía no se casi como. Un delirio todo, vamos.
He revuelto un poco también en el cajón de la mier... digo, en los viejos archivos que tenía colgando por ahí en el ordenador. Y para variar, he flipado un poco mucho. Dejemoslo en que me he dado de boca con las incoherencias de la adolescencia. Aunque desde hace tiempo hay en mí un deseo que se alimenta gracias a escritos de tiempo ha de una personilla rubia un poco perra, de seguir adelante con proyectos activos, concretamente uno con nombre de perro. Creo que tengo el principio que quiero escribir después de que la historia de Ride cierre un ciclo y deje completamente abierto otro. El otro día, una muchacha que tengo agregada al tuenti, de esas que agregan a todo quisqui para que lean sus relatos/historias/reflexiones en su blog, pone en su estado que van a publicar su primera novela. Pensé que era coña. He leído sus entradas y son ligeramente escuetas, usa muchas palabras para no decir absolutamente nada. Pero es normal, ¿qué va a escribir una cría con 15 años? Pues su primera novela, toma ya, en toda la boca. No es que me crea con derecho a juzgar lo que otros escriben, es solo que su forma de escribir, personalmente, no me llega a ningun sitio. Esta muchacha subió una foto también al tuenti de la prueba que la había llegado a su casa del libro, que ya estaba listo. Y al verlo, aunque es una portada normalita y sin mucho que decir, por un instante, desee con todas mis fuerzas, ser yo quien sostuviera un libro así entre mis manos. La envidié. No se si después la gente comprará su libro o si será buenisimo o malísimo. Pero el hecho de tenerlo en las manos, poniéndome en su lugar, tiene ser tocar el cielo con la yema de tus dedos.


Cada vez queda menos. Cada día, un número más que cae tachado en el calendario de Kazuya. Pasan algo lentos, ligeramente tortuosos, pero sí es verdad que el tiempo puede ser oro, porque nunca vuelve. Así que hay que intentar sacarle el máximo provecho, o será simplemente una pérdida de la que después, te puedes arrepentir.







"Esto es solo el principio, y no es un juego."
http://www.wat.tv/video/ohno-satoshi-rain-live-1jwzd_2h9st_.html *¡Y esto es bailar y lo demás, bromas! *O*!*