miércoles, 23 de junio de 2010

18 y subiendo.

Ahora sí que sí.

¿Mi primera cosa absurda y surrealista totalmente? Hablar del onanismo con un tio que vive en el culo del país solo porque de repente hago una pregunta normal y corriente que deriva en la conversación más extraña de mi existencia.


Si es que los 18 son muchos 18. Si ya lo decía yo.
Tampoco me puedo creer que mi primera emoción con 18 años fuera ver un dorama japonés. Que hasta he saltado en la silla, se me ha encogido el corazón de ganas de ver qué pasaba y me he enamorado del protagonista, joder. A la mierda las series sudamericanas en plan culebrónico. Donde estén las japonesas... ¡si es que por algo quiero yo irme allí, hombre!

Y mi mente esta gritando ¡friki, friki! Pero ahora mismo, es lo que menos me importa de todo.


Aunque la verdad es que tengo ganas de saltar, de correr, de reír, de cantar. También de marcharme, pero eso entra parte de la diversión. Esta vez, voy a ser yo la que juegue contigo. Porque ahora no puedes hacerme daño. No después de todo. Solo puedo sonreír como una estúpida sin sentirme estúpida. ¡Porque sí! ¡Porque me da la gana!

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