Dame una ilusión.

(...) Al llegar al piso superior se dio cuenta de que Erick estaba en su habitación y ocupando su cama. Resopló suavemente y entró en la habitación. El rubio estaba estirado ocupando el lado izquierdo de la cama. Shane rezó para que no se despertase y se tumbó al lado derecho. Podía dormir en el suelo, pero estaba demasiado cansado y en el suelo no iba a pegar ojo. Necesitaba la cama que aquel mocoso rubio le estaba ocupando. Trató de no despertarlo y se estiró suavemente. Colocó la mano derecha bajo la cabeza y miró al techo fijamente.
Entonces sintió algo ligeramente frío rozando su mano. Al girar la cabeza a mirar, vio como Erick se daba media vuelta y se acurrucaba junto a él, como si buscase su calor. Shane trató de apartarse, pero no le quedaba cama para moverse. Así que terminó con la cabeza del rubio sobre su hombro izquierdo y, poco a poco, acabó en su pecho, acurrucado en su cuerpo como un gatito. Con un resoplido ofuscado, llevó su mano izquierda hasta los hombros del rubio y le abrazó contra su cuerpo. Desenredó la sábana sin moverse demasiado y volvió a tapar al rubio con ella. Entonces suspiró y cerró los ojos, cayendo demasiado rápido en un profundo sueño. (...)

Todo es una historia. Sí, todo se reduce a eso. Una simple historia con principio... y final.

The future still shine... ¿close to you?

¡Yabadabadoooooo!

¿Quien dijo "no puedo"? Pues yo, y unas cuantas veces. ¡Me alegro tantísimo de haberme equivocado! Podía, realmente podía. Debería de haber escuchado a mi pepito grillo susurrarme al oído cada poco tuuuu pueeeedeeeesss, tuuuu pueeeeedeeeeesss.

Joder, que felicidad. No he sido capaz de creérmelo hasta ahora.

Ahora queda pelear por esos dos días que quedan y se acabará todo realmente. Ya me han enviado incluso una carta de preinscripcion para la universiadad. Jo, suena bien, ¿eh? Hasta que vuelvan los exámenes, sonará bien que te cagas. Luego, desearé volver al instituto. Me conozco, se que será así. Pero de momento, ¡a fardar de título de preuniversitaria libre!

Voy a dedicarme a escribir muuucho mucho, joder, que ya es hora de que me ponga las pilas de nuevo. Y tengo aparcado (nunca mejor dicho, oye) la autoescula y el carne de conducir. Eso tambien tendré que retomarlo, supongo. Sí, ¿notais mis ganas? Genial. Pero bueno.

Yujújú! Quiero saltar y bailar mucho. Y que llegue la graduación y poder disfrutar como nunca con vosotros, compis.

This is the sweetest end I can dream.

Libreee, como el sol cuando amanece yo soy libreeeeee...

Y se me fue completamente la pinza, señores. Y es que no es para menos.
¡Joder, bon voyage, 2º Bachillerato C!Haciendo compendio, este curso ha sido... ha sido, simplemente. Al principio pasaba lento. Al final, se aceleró demasiado. Los nervios tranquilos, después al límite. Lágrimas de alegría y de tristeza, gritos buenos y malos, palabras más altas que otras, conspiraciones secretas y motes desternillantes. Si ni siquiera ha faltado el tocapelotas de turno y la típica con la que te tirarías de los pelos. Pero hemos mantenido la calma, unidos y no siendo vencidos. Y aquí estamos. Tocando el final con las manos.

Pero, después de todo, esto solo se puede resumir en una palabra. Amistad.

Gracias por prestarme la vuestra para hacer más llevadera mi propia vida. ¿Y sabeis que es lo mejor de todo? Que dicen por ahí, que los amigos de toda la vida, son los que conociste en el instituto, la mejor época también de tu vida. Así que, ¡vivamos nosotros! Brindo por todos y cada uno, chicos.

Y uno más. ¡Chin-chin! Por ti, peluche.

Tropezar y caer... por milésima vez.

Una. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra.

Y así, una larga listas de otras. Lo peor de todo es que ni siquiera he corrido. Me he tropezado mientras paraba. Cojonudo.
Me levanto. Y vuelvo a levantarme. Y así sucesivamente.

¿Y para qué? Para volver a caer de nuevo. No puedo seguir así, pero tampoco puedo dejar de tropezar.

Esto es un asco.

Me niego. Me niego a seguir teniendo cicatrices en las rodillas de tantas caídas, en los codos de apoyarme o en las manos de rasparme en el suelo. Pero no puedo evitarlo.

Joder. Para una cosa que sé hacer, que es quedarme sentadita en el suelo de donde no me voy a caer, voy y lo hago. Voy, y me levanto. Confiando en que no volveré a tropezar. Y un cuerno.

Aprender de nuestros errores es una de las bases de la vida. Pero cuando te han dado demasiadas ostias, solo puedes dejarte llevar por esos errores y asumir que has perdido, amigo. Y eso es quizá lo más fácil de todo. Lo asumes y ya está. Vive con las consecuencias. Es el camino corto, la solución sencilla, sí. Y la menos dolorosa.

Y entonces solo puedes preguntarte. ¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué no dejo de caerme mientras los demás saltan sin peligro de caerse?

No lo se y ni siquiera se si quiero saberlo. Solo quiero llorar ahora.

Aquí no hay cinturones, salidas de emergencia...

Se acabó. Pero como soy así de lista, no pienso decir adiós. Porque no me voy a despedir de algo que siempre llevaré conmigo, algo que va grabado a cada trocito de mi piel con sonrisas, lágrimas, desánimos, bajones, remontadas, bromas, caminos que llevan a Estambul y Niños de Cerámica de los que jamás podremos dejar de reírnos a pesar del tiempo que pase. Recuerdos imborrables, buenos y malos; experiencias que nos hicieron crecer como personas y como amigos. Este viaje solo acaba de comenzar, pero hemos llegado al primer puerto. El barco cambiará, se irá sin nosotros y tendremos que esperar al siguiente. Y cada barco será diferente. Unos serán rojos, otros blancos, otros azules... mientras ninguno sea el Titanic II, vamos de lujo, porque los barcos con ese nombre tienen tendencias submarinas que no van nada bien con nuestro cuerpo.
¡Jajajajajajajaja!
Todo parece surrealista. Y tengo la sensación de que no me lo creeré hasta que no lo sienta de verdad. Hasta que no os vea a todos requetemonísimos saludando a profesores vestidos de trajecito, hasta que nos corramos la mejor fiesta de nuestras vidas. Hasta que no tengamos que decirnos hasta pronto, amigo.

No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar. (¿Alguien tiene una caja de pañuelos a mano, please?).
Solamente rezaré para que todo haya salido bien. O moriré. O bien por el estrés acumulado, o bien por empacho de chocolate, o de deshidratación de tanto llorar de angustia.

Solo me queda mirar al cielo y suspirar.

I want someone...

Pincelada a pincelada, nace el rojo. Se mezcla con el azul suavemente, pero el color resultante es demasiado llamativo. Busca otro color. Verde. Ahora sí parecen encajar. Se distribuyen por el lienzo, trocito a trocito. Se buscan para encontrar juntos la luz. Las sombras son amarillas.

Jardín japonés en Giverny. Claude Monet.

Todo en esta vida es complicado. ¿Por qué decimos "¿crees que la vida es de color de rosa?"? Solo unos pocos privilegiados conocen ese color. El universal, es el negro, el que todos conocemos comúnmente como el color de la desgracia del infierno solitario.

Y así será siempre. Por mucho que nos empeñemos en pensar lo contrario o incluso en intentar cambiarlo. No, nada cambiará. Lo que tenga que ser, será. Y solo podremos llorar al final... como siempre hacemos los patéticos seres humanos. Llorar aunque sabemos que no arreglaremos nada. Solo llorar, sin más y porque sí.



You promise me the heaven... I play my part, you play a game...

Destiny never find the way for me.

No existen las segundas oportunidades. Solo son un mito, una leyenda urbana nacida con la intención de perpetrar la felicidad de los demás obligándoles a amarrarse con desesperación a ese sentimiento llamado esperanza que, después de todo, en pocas ocasiones devuelve la sonrisa a las personas que confían en ella y encomiendan sus lágrimas por un cambio, algo que se mueva y sea diferente y les ayude a seguir para delante sea como sea y por lo que sea.

No busques, porque no encontrarás. Esa es suficiente razón para rendirte y desistir. Pero los que se empeñan en seguir, solo salen escaldados de una situación que, al fin y al cabo, no podían controlar. Te lo dije.

Entonces la cogiste de la mano, la miraste fijamente a los ojos y la desafiaste a buscarte a pesar de todo. La susurraste te quiero y después, desapareciste. Búscame, susurraste, búscame. ¿Para qué? Por el camino me encontraré con el dolor, el sufrimiento... y mi compañera de viaje, se llama soledad. Entonces, ¿para qué...? Para ser feliz, contestaste. No quiso. Ella no quiso buscarte. Y volviste a aparecer ante ella. Te negaste a dejar que se cerrara a ti y regresaste a su lado. La demostraste que, aunque esas compañeras de viaje que tan mal la habían tratado la habían acompañado durante muchísimo, demasiado tiempo de su vida, tú estabas allí para plantarles cara y echarlas de su vida.

¿Tu nombre? Encantada de conocerte... Amor.

Insuficiente.

Hola.

Hola.

¿Cómo te llamas?

Mi nombre es paciencia.

Qué bonito.

¿Y tú?

¿Yo? Mi nombre es... soledad.

Todo y nada, es una mezcla de preocupación, desesperación y sufrimiento. Levantar la cabeza y llorar mientras sonríes a la vez que le gritas al cielo ¡No!

Y aquí se está cayendo el cielo y no tengo a donde ir...

Bi-polar-i-dad.

Le he dado al ratón encima de "nueva entrada" y me he quedado totalmente en blanco...

Me patinan las neuronas más que un sapo en la antártida, de verdad. Ays.

Bueno, pues hoy, voy a pedir. Porque me siento egoísta, ya ves tu que chorrada. Pues bien. Quiero tiempo libre, que se acaben los exámenes y mi corazoncito vuelva a latir tranquilo de vez en cuando, que a este ritmo, no llego a vieja. Quiero ver a la gente que es importante para mí, feliz, contenta, con una enorme sonrisota pintada en la cara. Quiero que las personas que no me importan se mueran, a saco. Quiero que se acabe el habmre en el mundo, las guerras, que haya paz mundial, etc y demás tonterías utópicas.

Pero sobretodo, quiero ser capaz de enfrentarme a cualquier cosa que se me ponga por delante y seguir pase lo que pase, caiga quien caiga y pese a quien pese.

Y ahora la realidad. Todo se hunde. Se cae a pedacitos sobre mí, y cuando los miro, esparcidos por el suelo, me doy cuenta de que no puedo recogerlos sin hacerme daño y aunque los recogiera todos, nada podría volver a unirlos. Y me caigo. Una. Y otra. Y otra vez. Me duele el pecho, no quiero abrir los ojos. No. Solo es que no puedo.

(...)

uf uf uf...

¡Y uno menos! Por fin, por fin, por fin... He visto la esquela de Kant en el periódico y he sonreído, joder xD Y es muertillo está mejor. Suena mal, pero es verdad. Creo que ni él mismo se entendia, por lo que debía de abrocharse los pantalones hasta del revés, el señor Trascendental.

Nada, nada. Ahora, a por arte. Venga, va, solo es arte, corcho. El Escorial, ¡eso no tiene secretos, hombre! ¡Bolas en las puntas, pasillos a punta pala, patios para meter cuarenta regimientos y habitaciones como para tirarte a tu novio en una cada día de cada semana de cada mes de un año entero! Y mucho teatro, eso sí. Eran más falsetes que una moneda de cuatro euros.

Y el Barroco. ¿Qué es eso? Pues un movimiento de mucho movimiento, porque se retucercen todos y son cosillas un poco/muy tochas llenas de decoración por todos lados que no cabe ni un alfilercillo. Y la luz, ¡buf! Si no se hubiera inventado la bombilla hubieran muerto de desesperación, los pobres barroquistas.

En definitiva, yes we can. ¿Ves? ¡Se hasta inglés! Nada, esto esta ¡tirao!

Anímate, peluche. Y sonríeme :D

(He vuelto a mi etapa del patetismo escribiendo estas cosas, joder xD Voy a ver si escribo algo más... menos tonto, en la próxima clase de literatura U. xD)

Renacer.

http://www.youtube.com/watch?v=XGV034VZPcU

Y todo tiene un final, aunque no siempre sea el mejor. Tenía ganas de escribir de una vez por todas algo que realmente me llegara al corazón (obviando que Jack y Azalea ya están ahí, claramente) Y creo que lo conseguí. Algo corto pero con cierta fuerza.
Me da mucha pena haberme encariñado así de estos personajes, pero supongo que es lo que se pasa a todo novato que se dedique a esto. En fin. Ahora, seguiré adelante con todo aquello que pase por mi cabeza, sin más. Tengo mil ideas revueltas (principal motivo que de que nunca atienda en clase de literatura xD), y quiero desarrollarlas y plasmarlas todas y cada una, con sus sentimientos, sus emociones, sus riesgos y sus miedos. Aunque tal vez soy yo la que corre el riesgo de pensar demasiado después, como ha sucedido con Aria y Ride. Pero aún así, quiero sonreír aunque no pueda con el alma. Aunque esa sonrisa solo esconda lo que hay debajo, aunque solo sea una máscara, quiero hacerlo.

Quiero soñar aunque no deba.

Quiero seguir adelante.